Lo más destacado del congreso del PSRM-PSOE ha sido comprobar cómo se han perdido los modos y maneras a la hora de apuñalarse por la espalda. Antes se guardaban las formas, pero ahora ni eso. El rechazo a la gestión de Pedro Saura, haciendo sangre, revela cómo estaba el patio de revuelto. Se ve que quienes le auparon, apoyaron y mantuvieron durante 8 años se han estado mordiendo la lengua a la hora de criticar a Saura.  De otra forma no se entiende que justo cuando se iba hayan cargado de una forma tan brutal contra el exsecretario general. Lo han hecho personajes y personajillos que le deben su cargo y estatus a Pedro Saura; algunos que han estado a resguardo con sus actas parlamentarias y otros que se la tenían jurada. Mal rollo y mala sangre. Menudos compañeros de viaje.

También llama la atención que el nuevo secretario general, González Tovar, no le haya echado un capote a la persona que le puso al frente de la Delegación del Gobierno. Saura se disculpó por sus errores; y sus ocho años de dedicación como líder del PSRM-PSOE se merecían otro trato.