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Miguel Rubio

Microhistoria(s)

Unas minas de interés cultural

Más pronto que tarde, Mazarrón tendrá que tomar una decisión que marcará su futuro. Afecta a sus minas, sin actividad desde mediados del siglo pasado. Una empresa con capital español y canadiense ha mostrado interés por retomar la extracción de metales. Aquí los filones todavía contienen plomo, plata, hierro y zinc; también quedan reservas de cobre y estaño. La petición para iniciar las exploraciones sobre 504 cuadrículas mineras llegó a la Consejería de Industria el pasado verano, y representantes de la firma han mantenido recientemente contactos con el equipo de gobierno municipal. Más aún, hay una invitación para visitar otras minas que dicha empresa gestiona en España.

Vista aéra del coto de San Cristóbal-Los Perules, tomada por Juan Francisco Belmar.

La cuestión es que los tres cotos del distrito de Mazarrón (el segundo más importante de la Región) están protegidos como bien de interés cultural (BIC), con la categoría de paisaje histórico. Y el dilema que surge es si el municipio debe apostar por el aprovechamiento turístico y cultural de sus minas (siguiendo la estela de La Unión) o permitir su explotación, y todo lo que eso conlleva. Toma cuerpo la hipótesis de que una de las exploraciones en busca de mineral será en el coto de los Perules, pegado al casco urbano. Sus pozos y terreras reciben a diario a visitantes interesados en conocer el singular paisaje industrial.
En el equipo de gobierno hay preocupación, ante el dilema de no saber qué es mejor para el pueblo. La ‘patata caliente’ puede que le llegue finalmente al próximo primer edil mazarronero, que, si se cumple el pacto de investidura, será el socialista Francisco García para lo que resta de esta legislatura. El relevo (o cambio de papeles) al frente del ejecutivo local (una alianza de cuatro formaciones políticas) será en julio, cuando el actual alcalde, el independiente Ginés Campillo, dejará el cargo para asumir las competencias (Urbanismo, es el plato fuerte) de García.
Existe una tercera vía: quien asegura que la protección cultural y la reactivación de las minas no tienen por qué ser incompatibles. La Dirección General de Cultura ha defendido hasta ahora esa posibilidad. “La catalogación no significa que no se pueda hacer nada sobre ese bien de interés”, mantienen desde este departamento. Es más, hay quien apunta que reflotar las explotaciones mineras puede abrir una línea para financiar la puesta en valor de algunos de los elementos más destacados que todavía se mantienen en pie en el distrito. Esa inversión sería con cargo a la empresa que retome las extracciones.
Atrás quedó el proyecto de habilitar un parque temático en los cotos. Desde que se anunció la idea (hace una década) la única novedad es que cada vez queda menos que proteger, debido al abandono y al expolio. Quien quiera acercarse a conocer el patrimonio minero de Mazarrón tiene a su disposición, hasta el mes de marzo, tres recomendables exposiciones con fotografías de gran formato. Su autor, Juan Francisco Belmar, hace una llamada de atención a los ciudadanos para que contribuyan a su conservación.

Nuestro patrimonio cultural en pequeñas dosis

Sobre el autor

Mazarrón, 1967. Periodista de 'La Verdad' y guía oficial de turismo.


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