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Miguel Rubio

Microhistoria(s)

Naufragios con tirón turístico

El interés despertado por la historia (un naufragio con final feliz, dos siglos después) de la fragata ‘Nuestra Señora de las Mercedes’, con tres exposiciones, dos en Madrid y una en Cartagena (no sé yo si muy pronto nos hemos conformado con las migajas), viene a demostrar el potencial que ofrece el patrimonio subacuático y marítimo para atraer un turismo cultural. Ahí ha estado rápido el nuevo alcalde de Mazarrón, el socialista Francisco Garcia, quien, en una entrevista realizada por mi compañero Guillermo Hermida (@WHermida), proclamó: “El barco fenicio [de La Isla] es nuestra ‘Mercedes’. Debe ser visitable ‘in situ’ o en un museo, pero aquí”. Atascado el proyecto de recuperación de este pecio en los despachos de Madrid, hay que conformarse de momento con el centro de interpretación construido hace unos años a pocos metros de donde permanece hundida la delicada y anciana nave.

A la embarcación de La Isla, un vendaval la mandó a pique cuando estaba cargada de mineral. Incluso puede que en el fondo de la misma playa exista toda una flotilla fenicia, una incógnita que no se despejará hasta que se lleve a cabo una excavación en condiciones. Con sus 73 kilómetros de costa, la Región ha sido testigo de más naufragios; algunos tan funestos como el del ‘Sirio’, un trasatlántico que, en agosto de 1906, terminó sus días hundido frente a Cabo de Palos y con 283 vidas perdidas; otros misteriosos, como el de la goleta ‘Beatriz’, que transportaba, con destino al Museo Británico de Londres, el sarcófago de basalto del faraón Micerinos y que una tormenta hizo zozobrar, el 10 de octubre de 1838, en un punto de la costa entre Mazarrón y Cabo de Palos, sin que todavía se haya podido recuperar su preciada carga.

Colmillos de elefante en el yacimiento de Bajo de la Campana. / JUAN NIETO

Los murcianos tenemos la suerte de contar, cerca de casa, con un centro de referencia nacional dedicado a la conservación y difusión del patrimonio subacuático. En las modernas instalaciones del Arqua de Cartagena no solo se pueden contemplar piezas arqueológicas de incalculable valor rescatadas bajo el mar, sino también conocer de primera mano el gran trabajo que desarrollan sus profesionales para el cuidado, restauración y mantenimiento de los pecios y las cargas que contenían. La ciudad portuaria tiene otra parada obligada para los amantes del mar, el Museo Naval, en el antiguo cuartel de marinería, con una apartado especial dedicado a Isaac Perral y su famoso submarino.
Volviendo al principio, en la segunda quincena de octubre, el Arqua acogerá unas jornadas internacionales (Ikuwa V) centradas en el patrimonio subacuático y con una área de trabajo dedicada exclusivamente a buscar fórmulas que permitan acercar estos tesoros al público. Seguro que los expertos tienen la clave.

Nuestro patrimonio cultural en pequeñas dosis

Sobre el autor

Mazarrón, 1967. Periodista de 'La Verdad' y guía oficial de turismo.


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