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Carlos Escobar

Música inesperada

La expresión del afecto

 

La tempestad es un gran tema presente a lo largo del periodo del Barroco en artes como la pintura, el teatro, la música y muy en la línea de la teoría de los afectos como forma de expresar la música de este periodo.

La Tempestad también es el nombre de una agrupación de referencia en el ámbito de la Música Antigua interpretada con criterios históricamente informados y que nació con el cambio de siglo. He tenido la oportunidad de conversar con dos de sus integrantes: Silvia Márquez, la directora e intérprete de instrumentos de teclado y Antonio Clares, violista del grupo. Precisamente Silvia nos cuenta como: “Tras volver de La Haya (Holanda), conocí a Ventura Rico, violagambista de Sevilla y surgió la idea de formar una agrupación especializada en Música Barroca con ensayos repartidos entre Sevilla y Murcia o incluso organizando semanas de trabajo en los lugares dónde se celebraban los conciertos”. 

Poco a poco se fueron integrando nuevos componentes al grupo y con ello el repertorio de La Tempestad se fue dirigiendo al siglo XVIII tardío. Aunque la plantilla se amplía cada vez que existe una justificación artística, actualmente el grupo base está compuesto por dos violines (Farran James y Pablo Prieto), una viola (Antonio Clares), un violonchelo (Juan Pérez de Albéniz), un contrabajo (Jorge Muñoz), una flauta (Guillermo Peñalver) y la directora musical y clavecinista Silvia Márquez.

Hoy día, La Tempestad goza de un consolidado prestigio internacional con músicos formados en los mejores centros de Europa y especializados en Música Antigua. Silvia y Antonio aclaran que: “Una vez que definimos una meta artística, se decide qué tipo de músicos necesitamos, muy en la línea del concepto de geometría variable. Los componentes de La Tempestad tienen que ser personas muy bien formadas en Música Antigua y con un perfecto dominio del lenguaje y de las formas. En general, son músicos que tocan regularmente con instrumentos antiguos y que son muy comunicativos, es decir, con una capacidad de expresión que va más allá de la partitura”.

Los ensayos de La Tempestad se realizan en su sede de Algezares, donde disponen de una sala con una acústica debidamente acondicionada, una amplia biblioteca con partituras y los instrumentos de época precisos. Como los componentes del grupo viven repartidos por toda España, se reúnen en la sede para los ensayos según se hayan establecido  los proyectos y conciertos.

Si nos centramos sólo en esta temporada, La Tempestad ha completado una intensa agenda con conciertos en el Auditorio Nacional de Madrid (concierto para clave de Manuel Narro, sonatas de Scarlatti y concierto para dos claves de Pergolesi), en Sevilla (quinteto de clarinete de Mozart con Eric Hoeprich) o en el Festival de Música Antigua de Daroca (Conciertos para dos, tres y cuatro claves).

En cuanto a las grabaciones, hay que destacar los discos titulados Caro Dardo, Música a tres de C.P.E. Bach, las doce Sinfonías Londres de Haydn y, más recientemente, Mozart Infrecuente, en la que interpretan la Sinfonía Júpiter y el Gran Sexteto Concertante, siguiendo el estilo de Salomon, violinista alemán que, residiendo en Londres, adquirió los derechos de las sinfonías de Haydn y las arregló con el fin de incrementar su difusión en un formato más reducido, con más libertad y flexibilidad para el músico: “En la música de cámara no hay director y el hecho de que exista un músico por cuerda le confiere más capacidad de reacción”.

En cuanto a la docencia, con independencia de que a nivel individual los componentes de La Tempestad son profesores y catedráticos de conservatorio, la agrupación participa en distintos cursos y proyectos pedagógicos entre los que destaca la colaboración regular con el Conservatorio Nacional de La Paz (Bolivia): “Nos sentimos con la obligación moral de transmitir todo lo que hemos aprendido no sólo a los alumnos, sino también a otro tipo de colectivos”.

El 2015 también ha sido un año de importantes reconocimientos para La Tempestad. La Asociación de Grupos Españoles de Música Antigua (GEMA) les ha otorgado el primer premio de repertorio clasicista 2014 y, más en concreto, a Silvia Márquez el de de Mejor Dirección 2014. Además la Asociación Española de Festivales de Música Clásica (Festclásica) ha considerado merecedora a esta agrupación del primer premio en Música Antigua, que además incluye una gira en la que interpretarán música de Scarlatti y del célebre violinista yeclano Juan Oliver y Astorga.

No quiero terminar sin preguntar a Silvia y Antonio acerca de la concepción que tiene La Tempestad acerca de la teoría barroca de los afectos: “Para nosotros es fundamental identificarlos en cada motivo o frase y conseguir llevarlos fuera”. Antonio Clares explica que Silvia, como directora musical, insiste mucho en este aspecto, pidiendo continuamente a los músicos que transmitan más y que mantengan la flexibilidad necesaria para ampliar el efecto pretendido.

La Tempestad tiene un interesante proyecto para principios de 2016 que consiste en una serie de conciertos tipo Hausmusik que, en la propia sede ofrecerán uno o dos de sus componentes y dirigido a un grupo reducido de personas. Cada sesión irá seguida de un coloquio abierto al público por lo que resultarán muy interesantes. Desde este blog les tendré informados de los detalles de cada programa.

Como han visto, después de La Tempestad no viene la calma, sino más bien una serie de proyectos muy atractivos para los que disfrutamos con la música clásica.

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por Carlos Escobar

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