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La recompensa del poder

Después de siete convulsos días marcados por la intervención de Bankia y el cuarto saneamiento de la banca desde 2008, la tormenta se encamina esta semana hacia las comunidades autónomas. Pese al aluvión de reformas y recortes, España no cumplirá sus objetivos de déficit, pronosticó el viernes el comisario europeo de Economía, Olli Rehn, quien apuntó al gasto autonómico como causa principal. Visto como se suceden los acontecimientos (Bruselas señala el blanco y el Gobierno recorta), todo apunta a que el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que reunirá el jueves a las autonomías, será cualquier cosa menos apacible, más aún si el ministro Montoro no lleva bajo el brazo un plan de rescate con los llamados ‘hispanobonos’. Si la Comisión Europea duda de los planes de ajustes autonómicos es porque varias comunidades, entre ellas País Vasco y Cataluña, ya han advertido que no cumplirán con los recortes en sanidad y educación, no privatizarán sus televisiones públicas y acudirán si es preciso al Constitucional para defender sus competencias. Y no parece que los avisos de intervención lanzados desde Hacienda hayan hecho mella en la resistencia numantina de los ejecutivos regionales no gobernados por el PP. Rajoy aboga por repensar el modelo autonómico sin tirar abajo el edificio, pero el tiempo juega en su contra porque Bruselas no flexibilizará el calendario del déficit hasta que el Gobierno no le envíe los planes financieros de las comunidades. Antonio Beteta, secretario de Estado de Administraciones Públicas, asegura que no se ha rechazado ningún plan de saneamiento autonómico, aunque advierte de que en varios serán necesarios «algunos ajustes». En otras palabras, el tijeretazo a las cuentas autonómicas no ha acabado y por el aviso de la Comisión Europea podemos encontrarnos este jueves con nuevas exigencias y recortes de mayor calado. Si no crecen los ingresos, lo cual es impensable por el parón de la economía, a no ser que se suban más los impuestos, la única forma de cuadrar los balances es seguir rebajando gasto, lo que acrecienta una lógica inquietud en las universidades o en el mundo de la sanidad. Ayer, en pleno rescate de la banca, el movimiento 15M volvió a ocupar las plazas públicas, dando rienda suelta a su indignación. ¡Y cómo no estarlo cuando paralelamente a los recortes del gasto salen a la luz los vergonzantes pagos millonarios que otorgó el Gobierno de Zaplana al arquitecto Santiago Calatrava o esas naves repletas de regalos institucionales del socialista Barreda! La clase política es proclive a la desmesura y asusta tanto cuando despilfarra como cuando recorta. De ahí esa sensación en la ciudadanía de vivir a cinco minutos del desastre. Habrá que, de manera urgente, rescatar también la confianza de los españoles. De lo contrario se avecinan tiempos de malestar social que difícilmente podrán controlar los gobernantes. Ya podrán pedir perdón cuantas veces quieran que de poco servirá. En todo el mundo se ha elevado el listón de exigencia ciudadana con la elite dirigente. Y si no, vean como están saliendo de escena los implicados en la génesis o la gestión de la crisis. Uno tras otro, todos por la puerta de atrás. Pero no nos engañemos. Como contamos hoy en nuestro suplemento V, el paso por el poder siempre tiene su recompensa.

Las claves de la actualidad analizadas por el director editorial de La Verdad

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