No quieren los regantes ver a políticos en su protesta frente a la Confederación Hidrográfica del Segura. Están hartos de que se les utilice para obtener réditos electorales y lo van a hacer visible mañana en vísperas de la cita con las urnas. Se suponía que el Memorándum del Tajo iba a ser un blindaje legal, que compensaría a los regantes ante un menor volumen trasvasable con mayor seguridad jurídica y la posibilidad de poder comprar agua de otras cuencas, lo que ha impedido el Ministerio en todo este tiempo con todo tipo de trabas. El resultado es que hoy la situación en la cuenca no es ni mucho menos mejor que antes del acuerdo que el PP vendió como histórico. Los nuevos partidos aprenden rápido de los viejos. Ahí está Podemos, que en esta campaña ha hecho de la denuncia de la penosa situación del Heredamiento de Molina de Segura, liderado en la actualidad por uno de sus candidatos a las últimas municipales, una de sus principales líneas de acción política.