¿Pero dónde están los intelectuales, los artistas, los emprendedores, los visionarios de esta Región?
¿Por qué no defienden su tierra y su gente, de aquellos que se empeñan en cubrir nuestra comunidad de un velo de estupidez e ignorancia?
En un programa de televisión y ante miles de espectadores, ansiosos por inaugurar las fiestas, todos pudimos oír:
– “Yo soy la pelagambas de mi casa.
– ¿Tú chupaa laa cabezas?
– ¿Cómooo?
– ¿Qué si tú chupaa laa cabezas?
– No te entiendo.
– ¿Que si tú eres la que chupa laa cabezas de laa gambas en tu casa?
– No. No. Por Dios, yo solo soy la pelagambas.”
Con todo lo que se están gastando los ayuntamientos en boato, luces, cánticos y dispositivo policial, en estas Navidades, este es el nivel.
Si lo unimos a la presencia de algunos impresentables en los diferentes programas de las televisiones publicas y privadas, que se “jartan” de decir que son murcianos y que presumen de su ignorancia, de su tufillo machista (incluido las mujeres), de su perfil religioso y supersticioso y de su hablar trabalingüístico, la imagen de Murcia, en este año que termina, ha quedado en entredicho. Solo faltaba oír como un responsable político, llama “mataos”, en las redes sociales, a unos vecinos, que convencidos de ser engañados, llevan meses protestando a diario contra el cierre de la vía, que une su barrio al resto de la ciudad.
¿Pero dónde están los intelectuales, los artistas, los emprendedores, los visionarios de esta Región?
¿Por qué no defienden su tierra y su gente, de aquellos que se empeñan en cubrir nuestra comunidad de un velo de estupidez e ignorancia?
Lo cierto es que los corruptos van dejado las riendas de las Instituciones en manos de sus engreídos cachorrillos, inexpertos y metepatas, que siguen mendigando agua y defendiendo el despilfarro en infraestructuras de sus antecesores, mientras se conforman con migajas.