García Martínez – 6 junio 1993
Ha pasado la noche sin dormir, revolviéndose en la cama, inquieto….
-¿Qué te pasa, artista?- le dice la mujer, entre sueños, al pobrecito candidato-.tomate un vaso de leche, que relaja mucho. Pero el candidato no esta para leches. Ayer se fue para el un dia
malo. Pues mientras quienes no son candidatos reflexionan sobre lo que les da la gana, el aspirante solo reflexiona sobre su caso particular. ¿Saldré? ¿No saldré y tendré que volver con las cabras?. Es probable que con las cabras se pase mejor. Pero, una vez que se le tome el gusto a la politica, que dificil regresar a los origenes. El candidato sabe que se esta jugando sesenta mil duros al mes. Se juega tambien la posibilidad de viajar a madrid cada dos por tres. La segunda vivienda, esa tambien se la juega, y el traje que sera pret-a-porter, o a medida, según pinten bastos o pinten oros. Por fin amanece. Un domingo como tantos, y al mismo tiempo, tan diferente. ¿Qué dira el pueblo? ¿Hacia dondese inclinará? Porque el pueblo – piensa en el candidato – es cabronazo en el fondo. El pueblo te da la cobra en la barra del bar, pero cuando se mete en el kiosko solo piensa en la pensión
-¡Ay, que nervios, caguenla!-grita el candidato en la cocina, mientras intenta hacerse un zumo.
(Nota: las lineas de mas arriba no tienen, obviamente carácter de editorial).