García Martinez –11 diciembre 1993
Un primo que vive fuera (en los ambientes culturales, quiero decir)que me ha mandado un curioso libro. Es el diccionario de las palabras olvidadas, o de uso poco frecuente. Veo con pena que muchas se han perdido definitivamente. Pero hoy quiero hablar de otras palabras: aquellas que guardan una relación onomatopéyica- ¿estas en lo que es?- con lo que designan.
Cuando decimos gárgaras imaginaríamos en seguida del sonido- o gargareo- del liquido bailando en la garganta. Es probable que todas las palabras que son y han sido nacieran así: imitando de alguna forma lo que nombran. En caso de las gárgaras, la cosa está clara. Otro igual seria borborigmo. Aunque esta si que aparece en el mentado diccionario. Se considera palabra en desuso. Excepto, creo yo, entre farmacéuticos. Algunos de estos profesionales tienen gala emplear el termino borborigmo, cuando se trata de ruido de tripas por el movimiento de gases. Ni que decir tiene que borborigmo se asimila perfectamente con lo que podriamos llamar retortijones sonoros. Si comparamos borborigmo con retortijon, me parece mas apropiada la designacion primera. Ademas, retortijon alude mejor al dolor que produce el borborigmo. (Yo no puedo evitar que retortijon me recuerde algun dulce de pascua).
Es verdad que un borborigmo no hace granero. Pero si se acompaña de otro, y otro, y otro, pues se pasa mucha vergüenza.
Sobre todo en la misa.