>

Blogs

Inma

Zona de embarque

De museos por México

 

 

Hoy nos vamos a México D.F. Concretamente a un lugar donde podremos conocernos un poquito mejor. ¿Me acompañan?

El destino es el Museo Nacional de Antropología. Hay un aliciente para visitarlo: En él, aquello que los sabios latinos decían: “nosce te ipsum”  se hace realidad. Es más, está lleno de dicotomías, ya les digo, como nosotros mismos. Intuyo que… ¡Nos vamos a sentir a gusto en él!

El umbral

Nada más entrar en el museo se aprecia esta nota de la dualidad. En el proyecto arquitectónico ya se dejó claro que este vestíbulo tenía que ser:  “un espacio protegido, ni abierto ni descubierto”. Y, aunque parecía una misión imposible poder atender a dos requisitos contrapuestos… ¡vaya si lo consiguieron!

Un paraguas gigante que sí deja pasar el agua

A este atrio se le conoce coloquialmente como “el paraguas”. Pero debemos andarnos con un pelín de cuidado con este sobrenombre porque debajo de él sí nos podemos mojar un poquito.

La Piedra del Sol.

Aquello de las apariencias engañan es cierto en este lugar. Les cuento. Este “paraguas” sí deja pasar el agua.  El techo está diseñado de forma inclinada descendiente hacia la columna central y, por ella se desliza una cascada de agua. Con lo que esta columna se transforma en una fuente. Es una de esas artimañas inteligentes: “arquitectura versus escultura”. ¡Otra dicotomía más!

Los diseñadores tuvieron en cuenta lo que ya se conoce como “la fatiga del museo”, por eso idearon un lugar que tal vez, al entrar, pudiera entenderse de paso. Pero más tarde, si uno quería descansar, podía hacerlo cobijado  a la sombra y al aire libre. Es más, tras la visita de dos salas, necesariamente se vuelve a este: “mitad plaza, mitad patio”. De nuevo, duplicidad en su función.

Este “patio central” además permite que podamos visitar el museo a nuestro aire, sin necesidad de tener que seguir un itinerario ya fijado de antemano. Así podemos elegir qué faceta de nuestros antepasados nos interesa conocer más: si cómo organizaban el calendario o qué artilugios utilizaban para cocinar. ¡Se deja libertad para investigar y cotillear por las salas!

Manual de emergencia ante un seísmo

El orgullo mexicano

A la hora de cerrar cuando arrían la bandera, la ceremonia al doblarla y guardarla paraliza el ritmo del museo. Todos los empleados rinden honores a su paso. Este momento, de tanto respeto, consagra uno de los propósitos del museo cual era penetrar en el alma y el orgullo mexicano.

Este desfile viene a constituir una pieza de arte sui generis más del museo. De verdad que no les exagero. Todos los visitantes nos quedamos paralizados y con la boca abierta. Casi igual de abierta que cuando veíamos los pectorales de oro, las máscaras de jade o la famosa Piedra del Sol con los restos de las balas en ella.

Todo está pensado.

En este museo han pensado en todo, el rigor legal lo exigía. Un botón de muestra son las señales de advertencia para actuar en caso de emergencia. Al caso eventual de un incendio, añaden también otro más (por aquello de los dobles) sobre qué hacer en caso de un seísmo.

Como ven, con tantos pares, este lugar es casi una versión preciosa museística de la conocida historia del doctor Jekyll y el señor Hyde. Pero más que la lucha entre el bien y el mal, la analogía lo es entre lo que se ve y la inteligencia práctica escondida que hay detrás.

——–

PD. Este post está dedicado a Amparo R. por tantos raticos de charla en los que siempre, en nada que nos descuidábamos, salían temas de su amado país: ¡el lindo México! Y, en especial, por cómo me contaba el asombro y admiración con el que su hija descubrió por primera vez este museo.

 

Temas

Curiosidades y crónicas viajeras

Sobre el autor


enero 2016
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031