Foto de Designecologist
El género romántico ha tenido entre sus objetivos la transmisión de la feminidad, vista y entendida desde una óptica patriarcal. Es decir, primando y premiando en las protagonistas la pasividad, la belleza, la virtud y la entrega a los demás. El género romántico se basaba en la consecución del amor como vía para alcanzar lo realmente importante para una mujer: el matrimonio y la maternidad. La estructura clásica de una novela romántica parte de las idas y venidas de los enamorados antes de conseguir estar juntos.
El poder de este género se basaba en su capacidad de ser una fantasía que venía a llenar el vacío existencial de las mujeres. Es decir, a través de la literatura se ofrecían unos modelos edulcorados que no se correspondían ni con la voz ni con la realidad de las verdaderas mujeres. Había, por tanto, una disociación entre la realidad (gris y anodina) y la fantasía (estimulante y consumista).
El género romántico ha tenido entre sus objetivos la transmisión de la feminidad, vista y entendida desde una óptica patriarcal.
El concepto de amor en torno al que se crean muchas de estas ficciones, y que es el que prevalece en nuestra sociedad, es el amor romántico. Veamos algunas de sus características.
Para empezar, el amor se plantea como un hecho que, una vez sucede, es para toda la vida. Reconoceremos en textos y filmes frases tan lapidarias como “te querré siempre”. El amor es exclusivo, cada persona tiene su media naranja, que es única. El amor se plantea como incondicional, lo que haga la otra persona no tiene importancia (qué peligroso es creer en esto). Además este tipo de amor implica un grado elevado de renuncia. ¿Cuántas veces hemos leído la frase “te quiero más que a mi vida”?
La literatura romántica ha sido uno de los medios de los que se ha valido el amor romántico para transmitirse y consolidarse, pero la sociedad está cambiando. Y, aunque todavía hay autoras que persisten en escribir sobre relaciones marcadas por el sexismo y la desigualdad (básicamente porque también hay lectoras cuya fantasía es esa), muchas otras escritoras utilizan la literatura romántica para mostrar los verdaderos intereses de las mujeres actuales y para ofrecer otra visión de la masculinidad.