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Ana Ballabriga

A cara de libro

Las habilidades de un escritor

El oficio de escribir requiere de una serie de habilidades. Algunas se estudian y otras se trabajan

Las hard skills deberían de ser la base sobre la que construir una sólida carrera literaria

Hay quien las llama hard skills (habilidades duras) y soft skills (habilidades blandas). Las hard skills o habilidades duras se refieren a los conocimientos que se aprenden estudiando, realizando cursos o con la propia práctica (el consabido método ensayo-error). Estos conocimientos son los que nos permiten crear personajes, estructurar la historia, utilizar recursos estilísticos… Las hard skills deberían de ser la base sobre la que construir una sólida carrera literaria. Pero no son suficiente.

Las actitudes o soft skills o habilidades blandas son más complicadas de aprender y más difíciles de cuantificar. Nos facilitan la creación de nuestras historias y la relación con el resto de implicados en la edición de un libro.

Hay habilidades que nos ayudan a entender y a fijarnos en el mundo que nos rodea. Sin ellas, nuestros personajes solo serán estereotipos, y escribiremos sobre cuestiones más que tratadas o sin dar un punto de vista original. A continuación explico algunas de las más importantes.

La empatía nos ayuda a entender qué espera un lector de nuestra historia, pero también a que comprendamos a nuestros personajes y a que muestren reacciones coherentes. La escucha activa hace que nos relacionemos con nuestro entorno y conozcamos puntos de vista diferentes, historias apasionantes, cómo habla la gente y qué temas les interesan. La curiosidad nos hace ser inquietos, explorar el mundo para luego plasmarlo en nuestras páginas. La resolución de problemas también es muy útil porque está íntimamente relacionada con la creatividad. En cada línea del texto tendremos que resolver un problema, desde cómo llevar una conversación hacia el tema que nos interesa tratar, hasta cómo hacer que nuestra protagonista se libre de una situación peligrosa.

Sin embargo, por más solitario que sea el oficio de escribir, hay gente a nuestro alrededor que, como los personajes secundarios de nuestra historia, nos ayudan o nos entorpecen a la hora de lograr nuestros objetivos. Cuando publicamos un libro, lo solemos hacer con una editorial donde debemos compartir humildemente nuestro trabajo. Por esta razón, es importante saber trabajar en equipo y respetar la labor de los demás, manteniendo a raya nuestro ego. El ego también nos puede impedir ver la parte constructiva de una crítica.

Pero las habilidades que para mí son más importantes (sin menospreciar las anteriores) para continuar adelante con nuestra carrera son la automotivación y la disciplina. Todos los días debemos escribir, debemos cumplir un horario. Debemos ser capaces de mantener la ilusión por la escritura a pesar de no saber si se va a publicar nuestro texto, a pesar de que podamos toparnos con críticas que desdeñen nuestro trabajo… A pesar de todo, debemos seguir adelante. Los escritores somos supervivientes, supervivientes del caos del mundo editorial, de aquellos que hacen dinero a nuestra costa, de aquellos que nos rechazan una y otra vez…

Y termino con esta frase de la ganadora del Premio Nobel de Literatura Doris Lessing: “El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia”.

Reseñas y otros desvaríos literarios

Sobre el autor

Escritora, formadora y podcaster / Escribo novelas de misterio a cuatro manos con David Zaplana. Ganamos el Premio Literario de Amazon / Podcast "Un día de libros" / Vídeos sobre novela negra y policíaca en Zenda Libros / www.ballabrigazaplana.com / Instagram-Twitter-Facebook-TikTok: @BallabrigaAna