DERECHOS ¿DE QUIÉN? | Escribir es vivir - Blogs laverdad.es >

Blogs

Ana María Tomás

Escribir es vivir

DERECHOS ¿DE QUIÉN?

Confieso mi total descreimiento en la justicia, mi absoluta decepción ante un sistema en donde sólo parece que hay derechos para criminales y gentuza. Me duelo de la falta de recursos que tienen los jueces para ejercer, no las leyes, pero sí la justicia que, puede que parezca lo mismo, pero, desgraciadamente, no lo es. Lamento -y no consigo entender- que una persona pase unos cuantos y largos años estudiando Derecho (derecho o torcido, permítaseme la licencia) para tener que defender, como hace poco hacía un letrado, a cinco hijoputas sin presunción alguna de inocencia que habían violado a una niña de doce años y habían colgado las imágenes en Internet. ¿Qué quieren que les diga? Determinadas actuaciones del mundo de la justicia me resultan más vomitivas que meterme los dedos al galillo.

Hace unos días, saltaron a los medios de comunicación dos noticias, una trataba de una señora que vivía en el centro de Madrid y decidió mudarse a las afueras intentando evitar ruidos y tráfico. En una de sus últimas visitas a su anterior domicilio para llevarse algunos recuerdos que había dejado, puesto que, pensando en alquilar la casa la dejó con muebles, se encontró con una nueva cerradura, y unas personas (por llamarlas de alguna manera) que se le habían metido en su casa por toda la cara y se negaban a abrirle la puerta. Evidentemente, denunció el tema y pidió ayuda a la policía para entrar a su propia casa, pero, ante la total y absoluta sorpresa de ella y de cualquiera que lo escuchara, le dijeron que no podían hacer nada porque, si ella derribaba la puerta, sería acusada de allanamiento de morada y que, al menos en dos años, no podrían hacer nada. ¿Cómo se les queda el cuerpo? Les aseguro que lo estaba viendo en televisión y no me lo podía creer. Durante toda una tarde se le dedicó un programa entero al tema puesto que esto no es un caso aislado, montones de personas que se han cambiado de vivienda han perdido la que han dejado porque una tarea de sinvergüenzas les impide recuperarlas. Y quede claro que cuando digo sinvergüenzas no me estoy refiriendo a los mendas lerendas aprovechados que se instalan en las casas, sino a quienes tienen la obligación de legislar para proteger a los ciudadanos y no lo hacen.

Hablaban de derechos, de los derechos de quienes al no tener una vivienda se dedican a agenciarse la de cualquier otro vecino, pero ¿dónde están los derechos de esos otros vecinos? A mí me enseñaron que mis derechos acaban donde empiezan los de los demás, pero ahora parece que sólo hay derechos y derechos (sólo se oye hablar de derechos y no de obligaciones) de aquellos que no respetan ninguno.

La señora del piso en cuestión tendría unos sesenta y algún año, vamos, una edad como para encontrar un trabajo con absoluta facilidad. Según ella, vive con una pensión de unos cuatrocientos euros del paro y soñaba con disponer de una pequeña cantidad, proveniente del alquiler de su vivienda, que le permitiera algún capricho alimentario. Así que ya puede ir haciéndose a la idea de la dieta del pollo y pan.

La indignación de los vecinos ante las lágrimas de impotencia de la pobre mujer era ostensible. “Váyase a la casa del juez, péguele una patá a su cerradura y métase dentro, a ver si hace lo mismo que le ha dicho que haga usted”, le decían. Y lo peor de todo no es ya que se quede dos años sin casa, es que se la dejarán inutilizada para los restos. La gente que suele hacer eso no tiene el menor atisbo de cómo cuidar las cosas. El día que repartieron en el cielo el respeto y la limpieza estaban de excursión. Además, qué coño les importa a ellos cuidar más o menos lo que no les ha costado ni un céntimo conseguir… Derechos… Me hablan de derechos… ¿De quién? ¿Quién protege a los ciudadanos honrados frente a quienes vienen exigiendo derechos sin acompañar esa palabra de las obligaciones que todo derecho conlleva?

La otra noticia que terminó de desequilibrar la balanza de la injusticia es la de un Guardia Civil al que, según parece, se le ocurrió colocarle dos multas falsas a una excuñada; bueno, pues la ley le ha caído con todo su peso, porque a los dos años de inhabilitación a que le han condenado se le han unido cinco de cárcel ¡Cinco! ¿No es de locos? Estoy totalmente de acuerdo con que a alguien que tiene el deber de cuidar de la ciudadanía no se le puede permitir irse de rositas si utiliza y se aprovecha de los medios que tiene para ejecutar una especie de venganza personal, pero, joder…, cinco años de cárcel cuando estamos hartos de ver a asesinos, violadores y psicópatas estar en la cárcel el periodo de unas breves vacaciones… pues es que es más de los mismo… Es que no entiendo nada, pero tengo mucho miedo de tener que servirme de la justicia en algún momento de mi vida, por eso… porque los jueces no imparten justicia, sólo y únicamente se dedican, y probablemente muchos aun en contra de ellos mismos, a ajustarse a una leyes que tal y como está el patio… cada vez hay más ciudadanos buscando en el diccionario qué es eso del Talión.

Temas

El blog de Ana María Tomás

Sobre el autor


junio 2010
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930