Acabo de escuchar que han dejado libre y sin fianza a quien todo apunta que ha sido el causante de unos cuantos incendios.
Por una parte es comprensible si no se tienen pruebas contundentes, recordemos el linchamiento que se hizo, hace bien poco, con un sospechoso de la muerte de la hija de su pareja y que al final era absolutamente inocente, pero, por otra… es que volvemos a lo de siempre: las leyes que tenemos. No digo yo (y no por falta de ganas) que cuando pillen a alguien quemando un monte lo asen a la parrilla para darle un poco de su propia medicina, si tanto le gusta el fuego pues a disfrutar de él, pero, si hay indicios más que considerables de que es el autor, dejarlo largarse sin más pena ni gloria que presentarse de vez en cuando en comisaría es reafirmarlo en que nada pasa por destruir, un poco más, este maravilloso planeta que habitamos.