Podría ser una cruz
-tras veinte años-
la ausencia de pasión que nos habita,
la calma o el silencio
-en la alcoba, en el baño, en la comida-
sin la impaciencia ardiente
de otro tiempo…
Podría ser una cruz
esa flema, de gris indiferencia,
cruzándose desnudos
dos cuerpos, dos bultos, dos pavesas
-otrora llama viva-
en la penumbra tibia y perezosa
donde en furor ardíamos las horas
tras una leve ausencia…
Podría ser cruz la indiferencia
de los momentos muertos
-¿o están sólo dormidos?-
Y el opaco sonido de instrumentos
Con la pereza propia del olvido…
Podría ser cruz y con espinas
la ausencia de tus besos en mi frente,
las tardes de periódico y partidos,
de distancias, de silencios estridentes.
Podría ser una cruz, pero es más cierto
que la pasión se viste ahora de ternura,
de caricia el furor
y el vigor cambió por experiencia,
que las ansias de tenerte con usura
ahora es gozo nimbado de paciencia;
que, callado y absorto, basta un guiño
para leer en tu rostro confidencias;
Que es demencia pensar
posible nuestras vidas en la ausencia…
Podría ser cruz si no tuviera
De tu luz la certeza en mi mirada;
Podria ser cruz si no sintiera
Palomas ululando por tu viento…
Y lazos anudados con semillas,
Y besos cómo cíngulos atados,
Y escarcha y desconcierto por tus labios…
Podría ser una cruz
A pulso rellenar –lágrima a lágrima-
La lámpara de aceite –votiva e infinita-
Que ilumina el regreso del esposo…
Alcuza eterna soy –tesoro y mina-
para tu luz, mi amor…
Podría ser cruz…
¡más sólo es vida!
Autores:
Salvador Moreno y Ana María Tomás
(Primer Premio Internacional Cartas de Amor, XIV Edic. de Radio Nacional de España en Cuenca. Mayo 2006)