Hay que ver el revuelo, absurdo, absurdísimo, que se ha levantado porque una empresa francesa ha puesto a disposición de quienes quieran hacer uso de ello a unas chicas que realizan las tareas domésticas ligeritas de ropa, bueno, más que con poca ropa, digamos que la que llevan es sumamente sugerente y explosiva para producir un subidón de testosterona de la hostia.

A ver…, en el anuncio se especifica, claramente, que quitan el polvo, y aún dicen más: “que lo aspiran” ¡casi na! y, encima, al “módico” precio de entre noventa y cinco y ciento cincuenta euros. No sé exactamente de qué dependerá esa diferencia de sesenta euros. Quizá vaya como plus añadido dependiendo de las veces que tengan que quitarse de encima a los señores que contraten sus servicios, porque eso sí, quitan el polvo “sin tocar”, lo cual no deja de ser una puntería de tres pares de narices; y sin que las toquen -ahí la cosa ya está más fácil-. Los tíos que busquen sus servicios tendrán que echar el freno, qué digo freno, tendrán que hacer uso de ABS. Porque, claro, que no nos vendan la moto de que las manos se tienen que quedar quietas, porque éstas irán directamente al instrumento musical: o guitarra o clarinete. Y, si optan por la duchas frías para evitar la tentación, terminarán como el suegro de una amiga mía con su mucama. Que de tanta ducha, tanta ducha… cada vez que llueve termina empalmado. Menos mal que vivimos en una región con bajo índice pluvial.

A mí lo que menos sorprende es la inventiva de la Sensual Clean Service, que es como se llama la empresa de marras, lo que me sorprende es la estupidez de quienes se escandalizan de la cosa sin ver que, al igual que los narcotraficantes no paran de idear formas sobre cómo meter droga de una país a otro, los proxenetas tampoco tienen quieta la neurona que les permita seguir sacando dinero explotando a la Mujer. Y me sorprende todavía más que organizaciones feministas pongan el grito en el cielo porque estas mujeres vayan ligeras de ropa, y no lo pongan por otras que van secuestradas de los pies a la cabeza bajo ropajes que les impiden hasta respirar. Me sorprende que organicen una algarada porque unas mujeres (si éstas lo hacen libremente, que esa es otra) intenten ganarse un dinero con la profesión más antigua del mundo y encima con la vista de utilizar sólo la “vista”, de lince, vamos. Y me sorprende que no remuevan Roma con Santiago mientras actualmente se sigue ejerciendo la ablación genital a un sinfín de niñas. Según la Organización Mundial de la Salud, cada día se le practica la ablación a 8.000 niñas (sí, como lo leen: ocho mil niñas). Y todo eso debatido en foros, conferencias y encuentros agilipollados en donde lo único que se saca en claro son las viandas que se sirven al terminar los congresos. Me sorprende que se sorprendan de que unas mujeres vayan a explotar sus encantos a domicilio y no se sorprendan de que lo hayan estado haciendo visitando hoteles o despedidas de solteros dentro de una tarta.

¿Qué se utiliza el cuerpo de la Mujer? ¡Válgame el cielo, qué novedad…! Lo que realmente hay que perseguir no es que la mujer que quiera saque parné con su palmito, sino buscar si hay algún hijodeputa que la obligue a ello, a ello o a cualquier otra cosa que ella no quiera.

A mí lo que me molesta de la Sensual Clean Service es que no se les haya ocurrido lo mismo con un servicio de chicos guapos que, seguro, podría ser tan demandado o más que el femenino.

El problema que veo es que las chicas que limpian por menos de diez euros la hora, a partir de ahora, seguro, les propondrán a sus jefes hacerlo algo más ligeras de ropa y que el precio de la hora les suba como la tensión de quienes las contemplen.

¿Mujer objeto? Pues a objetar y listo el bollo. A fin de cuentas queda clarito en el contrato que nada de tocamiento o de hacer el amor. En todo caso, si se hace algo, que sea la puñeta. Porca miseria…