AMOR EN TIEMPOS DE SUEROS
Mi padre, un venerable anciano de ochenta y seis años, entró apresuradamente en la habitación compartida del hospital. No pareció ver a nadie salvo a su mujer, al menos obvió todo saludo reglamentario hasta después de haber cubierto de besos la cara postrada de mi madre. Sólo entonces reparó en mí y en los […]