IMPEDIR EL PASO
Las amigas lloraban histéricas, presas de impotencia, gritaban y sacudían a los sorprendidos transeúntes intentando conseguir de ellos la ayuda, más bien el prodigio que, evidentemente, no podían proporcionarles. Apenas cuarenta y cinco años entre las tres y el mundo acababa de venírseles encima. Rápidamente la gente que pasaba por allí comenzó a […]