>

Blogs

Ana María Tomás

Escribir es vivir

SÓLO LE PIDO A DIOS

 

Una hermosa canción cantada por Ana Belén dice: “Sólo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente, que la reseca muerte no me encuentre vacía y sola sin haber hecho lo suficiente…”

Me gusta esa canción, me parece más una oración, un recordatorio a convocar lo mejor de uno mismo.

Yo también le pido a Dios… le pido que no me dé tantas heridas que termine endureciéndose el alma.

Sólo le pido a Dios ser capaz de correr en ayuda de otros, sin importar si mi vida está o no en peligro, sin mirar si hay llamas en un vagón o si éste puede estar a punto de estallar… Ser capaz de sacar fuerzas de flaqueza y romper a pedradas cualquier impedimento que se ponga en el camino a la hora de salvar una vida humana.

Sólo le pido a Dios que no me importe abalanzarme sobre los altillos de mis armarios en busca de mantas para poder colocarlas en el suelo de una vía de tren y depositar sobre ellas a heridos y moribundos. O sacar de los cajones mi ajuar de sábanas para cubrir a los muertos de una tragedia.

Sólo le pido a Dios poder ser samaritana: dar de mi agua, de mi tiempo, de mis atenciones al herido que me salga al camino. Que no busque un atajo para evitarlo. Que no vuelva la mirada a otro lugar porque su aspecto me sea repugnante.

Sólo le pido a Dios que sea capaz de olvidar mis miedos, mis aprensiones a las agujas o los hospitales y que corra valiente a la llamada de petición de sangre. Que sea capaz de entregarla no por los hijos, amigos o conocidos, sino por desconocidos que agonizan esperándola.

Sólo le pido a Dios que pueda entregar mis lágrimas, generosa, a quienes se han quedado incapaces de llorar a sus muertos. Que pueda regalarles una palabra de consuelo, que sea para ellos faro en medio de una noche oscura.

Sólo le pido a Dios que sea capaz de actuar siempre con cualquier extraño como se actúa con ellos cuando son víctimas de una tragedia, sin preguntarle a quién han votado, que religión profesan o a qué se dedican. Que, como ocurre siempre en los momentos más trágicos, sea capaz de ver sólo la dignidad del ser humano que tengo delante por encima de cualquier otra cosa.

Sólo le pido a Dios que me regale no juzgar las causas o  los causantes de las desdichas de otros. Que pueda ver en ellos el dolor que ya llevarán para siempre a causa de sus errores, sus descuidos o sus incapacidades.

Que pueda comprender que tras la soberbia de cualquier inepto de turno sólo se esconde la propia conciencia de su pequeñez. Y que tras la petulancia soberbia, sólo hay un gran vacío existencial.

Y… que sea capaz de perdonarlos.

Sólo le pido a Dios… ser capaz de hacer lo que han hecho tanto hombre, tanta mujer anónimos ante la tragedia del tren de Santiago de Compostela.

Sólo le pido a Dios que por muchos accidentes, enfermedades o asesinatos que puedan amenazar la vida no tenga miedo de vivir, que entienda que vivir es en sí misma un riesgo continuo que, como dice la canción, cuando venga la reseca muerte a buscarme no me encuentre vacía sino llena de amor, tanto del dado como del recibido. Que haya sido capaz de haber hecho lo suficiente y mucho más, tanto que mis manos estén rebosantes y llenas de su Rebosura. Y, desde luego, que no esté sola sino rodeada de todos aquellos que mi corazón ama de manera especial y que, por lejos que estén, jamás se separarán de mi.

 

Sólo le pido a Dios que el mundo entero entienda que los héroes o los santos no viven en “Juego de Tronos”, en la “Tierra Media” o en películas hagiográficas, sino entre nosotros, que visten vaqueros o batas de andar por casa, que escuchan música rockera o copla, que rezan o no con la boca, pero siempre lo hacen con sus actos y con su corazón. Que beben Cola Cola o exquisitos vinos… que no tienen miedo a morir pero, sobre todo, que no tienen miedo de vivir. Y que están ahí… para agarrarnos las manos cuando todos los demás sí tememos, cuando otros eludimos el dolor, cuando ante las tragedias nos quedamos maldiciendo la oscuridad mientras ellos encienden velas.

Sólo le pido a Dios… seguir conmoviéndome ante el dolor ajeno. Y poder llorar por él.

Temas

El blog de Ana María Tomás

Sobre el autor


julio 2013
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031