Grandes Hombres
En la ya pequeña habitación del hospital, dividida, además, por el leve muro de una escueta cortina blanca que la separa en dos mitades para repartirla entre dos enfermos, en una de sus partes un hombre agonizaba. Junto a él, apiñados, contraviniendo cualquier orden de lógica, higiene o aforo, decenas de manos de hijas, nietos […]