No quiero relojes de bolsillo, de pared, o campanario,
quiero un reloj sin agujas
que mida el tiempo que estoy contigo.
No quiero ventanas en la estancia
donde la luz denuncie mi próxima partida.
Quiero apretar mis muslos a los tuyos,
y que abras senderos en mi bosque
como triunfal auriga.
No quiero un sueño que me aleje
de los sueños de tenerte entre mis brazos.
Quiero cabalgar, ardiente, en tu regazo
sin patria y sin Dios…
como una hereje.
No quiero prisas, ni locuras.
Quiero un ritmo lento y calculado.
Quiero estremecerte poco a poco,
saborear tu desnudez, sentir la tentación,
caer en el pecado.
No quiero lo absurdo de las normas,
quiero jugar a que estoy jugando.
Quiero que te derrames y me empapes
como empapa la tierra
el torrente sereno y artesano.
Quiero esconder tu cuerpo bajo el mío.
Quiero desterrar el tiempo que me aleja de tus brazos.
Quiero una eternidad para estar contigo.
“LAS ESTACIONES DE LA LOCURA” Ana Mª Tomás