Creíamos hasta ahora que Murcia era la Huerta de Europa; pero el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, se ha apropiado de la marca para atribuírsela a su tierra, tal como hizo el jueves pasado en el programa de Antena 3 de Carlos Herrera. Al paso que lleva este negocio, es muy probable que lo de Huerta de Europa se quede en desierto con los Trasvase Zero Zapatero del Consejo de Ministros. El título del debate -¿Hay o no agua para todos?- escondía una flagrante paradoja: procede del cuño que utiliza una gran parte de la sociedad murciana para reclamar agua; y fue precisamente Murcia la gran ausente en ese programa, a excepción de una breve intervención de Santiago Martínez, presidente de las cooperativas.
Se pudo comprobar, una vez más, que el único sitio donde no hay agua es en la cuenca del Segura. Mucha menos que en Almería, donde estaban encantados con sus invernaderos y su Trasvase Negratín-Almanzora. Y mucha menos que en la Comunidad Valenciana, donde están enzarzados con un particular ajuste de cuentas sobre el trasvase Júcar Vinalopó. Por no hablar de Castilla-La Mancha, donde se roba agua a manta secando las Tablas de Daimiel con pozos ilegales -(«hay que hacerles un monumento, lo hacen por necesidad», dijo el presidente de Asaja en defensa de esos agricultores)- ; a la vez que consumiendo ingentes cantidades de agua por hectárea de cultivos subvencionados por la UE.
Estos debates sirven además para cerciorarse de que el resto de España tiene un grado de conocimiento sobre la falta de agua en Murcia equiparable al que podamos tenemos los murcianos de la cría del mejillón en Galicia. De ahí que esa ignorancia general permitiera a Cristina Narbona mantener el tipo ante las cámaras de televisión -con esa media sonrisa de esfinge- a pesar de que el presidente valenciano Francisco Camps la ponía contra las cuerdas por las contínuas inexactitudes, contradicciones y verdades a medias de la ministra de Medio Ambiente.
Narbona, una vez más, sacó el guión de los ocho años del PP y no ofreció nada original. Aludió al «cambio profundo» de la agricultura en España que va a liberar mucha agua; y sacó a colación los futuros bancos de agua que precisamente tiene paralizados. El guión socialista es el de la autarquía hidrológica para que cada territorio se apañe con lo que tiene (doctrina Maragall-Carod). La ministra volvió a decir aquello de que Murcia «tiene los regadíos más eficientes de España», y a renglón seguido puso la guinda típica del Acueducto Tajo-Segura, que según ella ha creado falsas expectativas porque sólo un año ha permitido desembalsar los 600 hectómetros cúbicos de máximo legal.
Narbona, con la ambigüedad que la caracteriza, pasaba por alto que 2,5 millones de habitantes de Murcia y Alicante beben agua gracias a ese trasvase; y que la cuenca del Segura sería un auténtico desierto natural y económico sin los sobrantes del Tajo.
La ministra que alababa «los regadíos más eficientes de España» ya sabía sin duda que al día siguiente el Consejo de Ministros no iba a mandar ni un litro para evitar daños catastróficos e irreversibles; aunque sí iba a garantizar al completo los otros regadíos del Tajo. La misma ministra que hizo una visita de dos días a los regantes del Guadalentín y del Altiplano, y a los que ahora deja sin agua porque llovió en septiembre.
En este juego de inexactitudes, Narbona aseguró también que gracias las desalinizadoras este año no ha habido cortes de agua en Murcia y Alicante. Pasaba otra vez por alto varias cosas: Una que Canales del Taibilla ha comprado 7,6 hectómetros al Júcar; otra que estamos tirando con pozos de emergencia de Calasparra; y la tercera que las desalinizadora dan lo que dan (1 hectómetro mensual la de San Pedro del Pinatar que ella inauguró sin estar terminada; y otra que puso en marcha Aznar en Alicante y que proporciona 1,5 hectómetros al mes). Así se lo reprochó Francisco Camps en el momento más álgido del cara a cara, pero la ministra como si oyera llover (que ya quisiéramos).
En cuanto al trasvase del Ebro, la ministra dijo que Convergencia i Unió dio marcha atrás porque le había engañado el Partido Popular. Como también había engañado a los socialistas murcianos; y a los presidentes de Castilla La Mancha, Extremadura y Andalucía, Bono, Ibarra y Chaves (los dos primeros votaron a favor del PHN y el tercero se abstuvo). El PP engañó a tanta gente, pobrecitos…
Pasando a la inquisición contra Murcia, el presidente de Global Nature, Eduardo de Miguel, lo dijo bien claro: En Castilla-La Mancha existen 250.000 hectáreas de cultivos herbáceos, que pagamos todos con nuestros impuestos, y con un consumo de agua que daría de beber a toda España. Por su parte, el representante de Adena denunció públicamente cómo miles de pozos ilegales en La Mancha están destruyendo Las Tablas de Daimiel.
Pero para la doctrina oficial alentada por el Gobierno socialista y la Nueva Cultura del Agua es más conveniente que se culpe a los murcianos de ladrones de agua -ya llevamos ese estigma grabado en la frente, por muchos años, gracias a cierta cofradía- porque le ha convenido desde el principio para justificar la derogación del trasvase del Ebro. Gracias a la ayuda de la Fiscalía y al papelón de algún teniente fiscal, el robo sigue vivo en los juzgados. Es evidente que a muchos les queda mala conciencia por la faena del Ebro, cuyo único pecado era complementar al Tajo en año duros como estos.
Ni más trasvases (pese al programa del PSOE), ni bancos de agua. Porque ahora se da cuenta la ministra de que esos bancos no pueden funcionar sin agua. ¿Y los 150 hm3 anuales que prometió por escrito para la cuenca del Segura? ¿Desagüada tanta promesa, qué opciones les quedan a los regadíos de la Región de Murcia?
[Después de la caza de brujas en la Confederación del Segura, el Ministerio también se guardó de no dar bombo a las conclusiones de la inspección de servicios. Recuerden las primeras semanas de gloria anunciando a todo trapo que iban a investigar en la cueva de Alí Babá de la Confederación bajo mando el PP. Robos de agua hay; pero el programa de Herrera confirmó que en otros sitios se cometen auténticos atracos.]