Con la rara habilidad que tienen para hacer amigos, Valcárcel y Camps han montado una buena trifulca en Aragón después de anunciar que piensan ir de la mano a la Expo de Zaragoza para demostrar cómo se gestiona aquí el agua, y de paso reclamar el Trasvase del Ebro. Qué mejor escenario para confrontar ideas y propuestas que esta exposición universal sobre el agua. Allí podrá cada uno defender sus tesis con la habilidad técnica y política que les asista, sea de éste trasvase o de cualquiera otra alternativa que se tercie.
¿A qué viene, pues, el zafarrancho aragonés? ¿Cómo es posible que la alternativa trasvasista, tan respetable como otra cualquiera, quede silenciada en este foro mundial sobre el agua? No tendría ninguna explicación desde el punto de vista científico; por lo que los organizadores tendrán que acostumbrarse a visitantes incómodos. Un partido tan ¿progresista? y sostenibles, como la Chunta Aragonesista, propugna nada menos que se prohíba a Murcia y a Valencia acudir a la Expo con estos menesteres, no vaya a ser que le solivianten a la parroquia. Otro como el PAR, pese a sus miedos, está encantado de que Valcárcel y Camps acudan y se den cuenta de la realidad aragonesa. Mientras que Marcelino Iglesias cree que los aragoneses lo pueden considerar una «provocación». ¿Vamos a una Expo con censura previa?