La ciencia hidráulica, cuentan los más entendidos, no sabe cómo establecer, articular, ordenar o planificar una reserva estratégica de 6.000 hectometros cúbicos en cualquier cuenca hidrográfica de nuestro país. Sea en el Ebro o en el Tajo. ¿Cómo se hace?, se preguntan los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente. ¿Almacenando 6.000 hm3 en los embalses y dejándolos allí? ¿En qué pantanos? ¿Con qué régimen de explotación y regulación? ¿Hay que justificar previamente las demandas, litro por litro, con criterios técnicos?
Sin cuestionar en absoluto que Castilla-La Mancha, Aragón o cualquier comunidad autónoma con recursos hídricos deber ver garantizadas y satisfechas sus necesidades presentes y futuras, no hay que olvidar un dato: El consumo total de agua en Castilla-La Mancha es ahora la cuarta parte de 6.000 hm3, apuntan desde el Ministerio. En Aragón, ese consumo se queda en un tercio de los 6.550 hm3 que se ha reservado en su Estatuto.
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