La ministra insiste en el esporádico episodio de escasez en algunas zonas del Duero y relativiza la eterna sequía del Segura
MANUEL BUITRAGO
MURCIA. La falta puntual de agua que se registra en algunas zonas de la cuenca del Duero pesa más en el ánimo de la ministra de Agricultura que la escasez estructural que padece la cuenca del Segura, que arrastra cinco años de sequía que hay que sumar al historial de los ciclos anteriores. La vallisoletana Isabel García Tejerina volvió a insistir ayer, en el Congreso de los Diputados, en esta idea que tanto irrita a los agricultores del Segura, cuando dijo que es “una realidad” que en Castilla y León no se está regando, pero en Murcia sí. Parece empeñada en comparar –cuando no lo son– el acostumbrado caudal del Duero con la anemia hídrica del Segura.
Su insistencia en poner el mapa al revés para elevar de categoría semejante incidencia, recuerda a la película “La pesca del salmón en Yemen”: parece que el salmón se corresponde con el árido Segura y que la sequía se atribuye al caudaloso Duero, cuando la ecuación es justo al contrario.
Unas diferencias clamorosas entre dos modelos agrarios
Es la tercera vez que Tejerina defiende este planeamiento, destacando además el aumento de producción del sector hortofrutícola del sureste, para relativizar los estragos de la sequía en Murcia y Alicante, que su departamento ha combatido movilizando 250 hectómetros adicionales en los últimos años. Un volumen que puede “sonar” grande pero que en realidad es una suma de parches de la Dirección General del Agua –lo cual hay que agradecer–, que oculta a su vez un mayúsculo déficit estructural aún sin resolver.
El afán por comparar ambas cuencas no resiste el mínimo análisis: son modelos agrarios completamente distintos; las redes y estructuras de riego difieren, así como la eficacia en el aprovechamiento de los recursos, ya que el consumo de agua por hectárea es abismal entre unos cultivos y otros. El Duero se considera un río “excedentario”, según la última planificación hidrológica avalada por el Ministerio; mientras que el Segura es netamente deficitario. Allí existe una agricultura muy subvencionada por la UE, y aquí no.
Barrer para casa y rechazo a un trasvase del Duero
Las críticas de los últimos días, incluidas las del consejero Francisco Jódar, no han hecho mella en la ministra, dispuesta a barrer para casa y a atenuar la urgencia del Segura. Es cierto que se riega con los pocos recursos disponibles, probablemente porque hay una estructura de irrigación que permite exprimir hasta la última gota, pero a costa de reducir el consumo por hectárea y el volumen de producción. También es cierto que se actúa con poca prudencia en ciertas zonas, manteniendo un régimen de riego como si no pasara nada. Hay de todo, incluyendo a algunos aprovechados.
La alternativa de no regar supone la ruina de miles de hectáreas de arbolado (frutales y cítricos) que tardarían muchos años en recuperarse; así como la pérdida de mercados y el deterioro comercial con las grandes cadenas de distribución europeas. Existen restricciones en el regadío, que serán mayores cuando los abastecimientos reclamen toda el agua que precisan a costa del campo.
Estas diferencias entre el Duero y el Segura hacen que chirríen más las palabras de la ministra, que conoce perfectamente la situación de la Región de Murcia, donde los abastecimientos a la población se encuentran además en el límite a causa del cierre del Trasvase Tajo-Segura. Su defensa del Duero deja entrever que sería la primera en oponerse a un hipotético trasvase desde su tierra natal, que es una de las opciones que plantean los regantes murcianos.
Cs invitó a la ministra a la danza de la lluvia
El diputado de Ciudadanos Miguel Garaulet advirtió ayer en la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso, que no se puede confundir la facturación del sector hortofrutícola murciano con la producción real, ya que desde hace tiempo existe una deslocalización de cultivos precisamente por la falta de agua. Hay grandes empresas que complementan sus producciones y pedidos en otras zonas de España con garantía de recursos hídricos, donde se crea riqueza y trabajo. Conviene precisarlo.
García Tejerina ha dado muestras de paliar la situación en el Segura aprobando trasvases del Tajo hasta el límite legal; así como acelerando la ampliación de las desaladoras hasta donde ha podido, y autorizando la apertura de pozos, aunque con bastante retraso. Recordó ayer en el Congreso que hay que revisar los planes especiales de actuación en situación de alerta y eventual sequía, vigentes desde el año 2007, para introducir modificaciones a la hora de gestionar los recursos hídricos, informa EP.
En referencia a la cuenca del Segura, la ministra dijo que no se sabe qué sucederá si no llueve la próxima campaña. Añadió que el “agua extraordinaria” que se ha puesto a disposición de los regantes “se va terminando”. Garaulet la invitó ayer a practicar la danza de la lluvia.
El PSOE mete la pata y Arrojo sigue “a su bola”
El debate en el Congreso puso en evidencia el “nivel” de algunos políticos y su conocimiento del “asunto”. Por ejemplo, el diputado del Grupo Socialista Manuel Gabriel González reprochó a la ministra que algunas de las medidas llevadas a cabo por el Gobierno están fomentando el “uso privativo del agua”, como es el “opaco” mercado de cesión de derechos de agua entre regantes. Este diputado olvidó que durante el mandato de Rodríguez Zapatero y la ministra Cristina Narbona se impulsaron las mayores operaciones de compra de agua a usuarios del Tajo, con un nivel de garantías muy inferior al actual, hasta el punto de que el Ministerio es ahora muy restrictivo y cicatero con esta medida, pese a las protestas de los regantes .
Gabriel González también se “lució” cuando reclamó al Ejecutivo que priorice el uso de las desaladoras frente a los trasvases, cuando la realidad es que las plantas están a tope, aunque son insuficientes, y que el Trasvase del Tajo está cerrado desde mayo y seguirá hasta así la próxima primavera.
En su línea, el diputado de Unidos Podemos Pedro Arrojo criticó que el Gobierno no “acabe” con los pozos ilegales y advirtió de que “proponer nuevos trasvases es como regalar un monedero a un pobre”. Muy profundo y de un nivelazo científico. Señaló las “desaladoras” como alternativa, y dijo que el Gobierno “está utilizando la sequía para mercantilizar y privatizar el agua”.
Desde Ciudadanos, el murciano Miguel Ángel Garaulet pidió el control de las zonas ilegales de regadío; y preguntó a la ministra por qué no se está permitiendo la compra de derechos de agua.