_ TRES _
Me encontré con el consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, en el Auditorio Regional. Tenemos pendiente una comida desde el pasado mes de agosto, cuando un análisis sobre el agua que no le agradó le llevó a llamarme por teléfono para cambiar impresiones. Me comentó que si se me había calentado la cabeza y el ánimo con el calor. Pero la comida se va retrasando conforme salen nuevos análisis sobre el agua publicados en La Verdad que no son compartidos por Cerdá. En el Auditorio me lo volvió a recordar. Lo de la comida. Subrayó que existe, sin género de dudas, un plan tramado por la ministra Cristina Narbona, junto con José María Barreda, y con la complicidad de Pedro Saura, secretario de los socialistas murcianos, para acabar con el Trasvase Tajo-Segura.
Horas antes yo habia entrevistado a Narbona y al día siguiente íbamos a publicar que la ministra había dado órdenes a sus servicios jurídicos para dar cobertura legal a los derechos de agua de los regantes del acueducto Tajo-Segura. Pero no le comenté nada al consejero. Antonio Cerdá había aceptado hasta hace poco con deportividad los comentarios sobre el agua críticos con el Gobierno regional y con su propia gestión. Eran contados, desde luego. La misma deportividad mostraba cuando salía la ministra a la palestra, ya que lo consideraba el trabajo propio de un medio de comunicación de recoger todos los puntos de vista y enfoques, aunque siempre dejaba colgada la coletilla de que el Gobierno socialista había perdido los papeles y no tenía soluciones para el déficit de agua del Segura.
Del lado de Cerdá hay que poner su incansable e inagotable defensa de sus puntos de vista sobre el problema del agua, diametralmente opuestos a los del Ministerio de Medio Ambiente. Hombre de ciencia vinculado al Cebas, como el fallecido Antonio León -a quien le rindió un acertado y sentido artículo en nuestras páginas- y como Francisco del Amor, presidente del Sindicato Central de Regantes, Antonio Cerdá forma parte de ese núcleo de personas comprometidas con el progreso de la agricultura murciana. Sus argumentos son claros y nítidos, y los lanza con ímpetu; aunque también debería auto revisarse cuando cae en algunas contradicciones. Esto no sólo sucede con el consejero Cerdá, también hay patentes contradicciones en las filas socialistas.
Cuando uno se pone los colores del partido político al que pertenece, pierde toda la objetividad y mucha perspectiva. Ocurre en el PP y en el PSOE por igual. Y más cuando están las elecciones encima y todo huele a votos.
No obstante, la aseveración de Cerdá, el domingo día 29, de que el Ministerio quiere cambiar agua del Tajo por agua desalinizada no va descaminada. Es más, es cierta. La Mancomunidad de los Canales del Taibilla necesitará menos volúmenes de la cabecera conforme produzca más agua desalinizada. Como también la producirán AcSegura y Acuamed. La cuestión está en que si esos volúmenes que se ‘ahorarrán’ en la cabecera del Tajo se destinarán como excedentes a los regadíos del Segura; o por el contrario se los quedará Barreda. El Ministerio, a esto, sigue sin contestar. Otra incógnita sin despejar.
Por cierto, en el Auditorio actuaba Lorin Mazel al frente de una magnífica orquesta. Era el colofón a la Semana Grande de Cajamurcia.