_ CUATRO _
¿Es comparable California con España? ¿Acaso con Murcia? ¿Sirve el modelo hidráulico californiano -basado en grandes trasvases de agua- para la cuenca del Segura? El presidente de la Comunidad Autónoma, Ramón Luis Valcárcel, está encabezando (del 4 al 12 de noviembre) una delegación política y empresarial “a la California del Agua”, según reza el comunicado oficial de San Esteban, donde ha visitado la Universidad de Berkeley y se ha encontrado con el profesor John Dracup, experto en ingeniería medioambiental y firma defensor de los trasvases de agua. Dracup coordinó el conocido Informe Berkeley del año 2003 que apoyaba la opción trasvasiata del Ebro.
El Informe Berkeley fue encargado por la Universidad Politécnica de Cartagena, a cuyo frente se encontraba Juan Ramón Medina Precioso, y que en la siguiente legislatura fue nombrado consejero de Educación u Cultura, que lo es en la actualidad. Fue pagado el informe por cajas de ahorros asentadas en la Región de Murcia y varias importantes empresas, algunas multinacionales.
¿Por qué se hizo? Se buscaba un informe que fuera definitivo y concluyente sobre la idoneidad o no del trasvase del Ebro a Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Almería; habida cuenta de las disparidad de criterios y de estudios a favor y en contra que se amontonaban en los despachos de la Comisión Europea, en particular de la Dirección General de Medio Ambiente. No había forma de averiguar si este Trasvase perjudicaba o no al Delta del Ebro.
La comisaria europea de Medio Ambiente. Margot Wallström, sugirió que se realizara ese estudio definitivo para que su departamento pudiera tomar una decisión sobre el PHN español que estaba envuelto en una polémica cada vez mayor de partidarios y detractores. Wallstrom apuntó la necesidad de que ese estudio se encargara a un plantel independiente de expertos mundiales en materia de agua. La eurodiputada del Partido Popular Cristina Gutiérrez Cortines, de Murcia, diría posteriormente que Wallstrom no cumplió con su compromiso de aceptar las conclusiones del informe, y que ésta y/o la Dirección General de Medio Ambiente empleó la táctica de retrasar de forma deliberada y continuada la decisión de la Comisión Europea pidiendo un informe detrás de otro. Para los partidarios del PHN, el equipo de Wallström -que fue ministra de Medio Ambiente en Suecia- estaba sin duda lleno de ecologistas reaccios a las grandes obras hidráulicas y simpatizantes de los todos los movimientos y organizaciones ecologistas, políticas y ciudadanas de corte verde, por pequeñas que fueran.
El Informe Berkeley coordinado por John Dracup concluía que la detracción de un máximo anual de 1.050 hectómetros cúbicos de agua en las proximidades de la desembocadura -aproximadamente a unos 50 kilómetros del mar- no provocaba afecciones al deltra del Ebro. El principal punto negativo del informe venía de la mano de los estudios económicos. Uno de los expertos que aportó el análisis económico alertaba de un posible desequilibrio financiero ern la compraventa de caudales. Asimismo, se ponía como ejemplo un trasvase proyectado en el río Colorado que no había resultado rentable para la agricultura porque había agua subterránea de sobra y resultaba más barata.
Me comuniqué con Dracup por email, y también con el profesor Iturbe, quien asimismo participó en el informe y defendió la opción del Ebro. El informe aún no se había dado a conocer oficialmente, por lo que declinaron en ese momento hacer declaraciones.
Más tarde, el año pasado, conocí personalmente a Dracup con motivo de una conferencia que dio en la sede de Amigos del País, en Murcia. Muy concurrida. Recuerdo que estaban la eurodiputada Gutiérrez Cortines, José Egea, presidente de la institución (obviamente), Francisco Cabezas, subdirector general de Planificación Hidrológica con los ministros Tocino, Matas y Rodríguez y cerebro del PHN; y el delegado del Gobierno en la Mancomunidad de Canales del Taibilla, Antonio León Martínez-Campos, fallecido recientemente.
De la exposición de Dracup me quedé con dos ideas: primero, no se puede comparar el caso de California con España porque el agua que se trasvasa de norte a sur va de territorios escasamente poblados a otros superpoblados, como Los ángeles y la Baja California. Dracup comentó desenfadadamente que “los del norte no protestaban” y así era más fácil construir acueductos. Me vino a la memoria Aragón y Cataluña. En segundo lugar, allí la desalinización es casi residual, unos 15 hectómetros cúbicos anuales frente a 18.000 hectómetros que mueven los trasvases. Hacer una comparación en términos económicos y de impacto medioambiental de una y otra fórmula no resulta homogénea no fiable.