La sexta edición del festival MiM Series, que se celebra en Madrid entre los días 11 y 17 de diciembre, arranca con una jornada dedicada a las producciones que RTVE quiere presentar a prensa y público.
La primera de ellas es ‘Hospital Valle Norte’, una serie procedimental de hospitales que el ente público tiene preparada para el primer tramo del año venidero. En la Cineteca del Matadero, el centro cultural de Legazpi que alojará todos los actos del festival, la mañana comienza con un photocall por el que desfila un reparto vestido de sport para presentar un hospital «de los serios», como comenta la jefa de prensa. Desde el equipo consideran que, con la excepción de ‘Centro médico’ (que explotaba una veta distinta, la del falso documental), la parrilla española estaba falta de una producción de batas y bisturís.
Posan caras bastante conocidas, como Alexandra Jiménez o Gorka Otxoa, y aquí ni Dios sabe qué hacer con el abrigo. Peris Romano, el creador y director de la serie, va enfundado en una sudadera de Vans sobre su camisa azul mientras presenta un proyecto en el que parece creer más que cualquiera. El realizador (‘Impares’, ‘La sonata del silencio’) asegura que, a pesar de trabajar con un género que ya arrastra tradición, ha intentado dotar a la producción de una personalidad propia. «Nos hemos obsesionado con el ritmo. Hemos intentado que no se note que estamos formateados a los 70 minutos». Lo de la duración de los episodios en la teleficción española es ya poco menos que una condena. Desde RTVE recuerdan que, con sus nuevas producciones (‘Hospital Valle Norte’ es una excepción), van a pasarse a los 60 minutos o menos por episodio. Al parecer, cada capítulo irá precedido de un cortometraje-prólogo en clave de género sobre los personajes exclusivos de ese episodio. Habrá que ver si no serán esos mismos apéndices los que acaben lastrando el ritmo de la serie, acostumbrados como estamos ya a las píldoras de 50 minutos que pueblan las plataformas digitales.
La serie −que desde la cadena aseguran que estaba más que firmada antes del revelador éxito de ‘The Good Doctor’ este verano, y que eso solo impulsó aún más la producción− constará de diez episodios que plantearán los casos médicos desde la actualidad: la violencia en el deporte, la inmigración… En el tráiler se ha visto incluso un atropello a ciclistas. Y digo «tráiler» porque lo que sí que no se ha visto han sido los episodios. Porque querían «redondearlo» un poco más, han argumentado desde RTVE.
«La serie hace lo que nos gusta mucho en Televisión Española: hablar de nosotros mismos, de nuestras emociones y de nuestras pasiones», afirma la cadena. Para aproximarse a esas emociones y a los lazos que se tenderán entre personajes, Romano señala más como influencias a obras modernas como ‘This Is Us’ y ‘Big Little Lies’ que a ‘Hospital Central’. No suena mal.
Para la segunda mitad del día, el festival ha ofrecido un primer bocado a ‘Abducidos’ y ‘Boca Norte’, dos series que RTVE estrenará −la primera en unas horas; la segunda en enero− en su plataforma digital Playz. El tono que dominará la tarde se respira ya en el ambiente desde unos minutos antes del comienzo del photocall, con la cafetería del Matadero repleta de jóvenes despampanantes (ellos y ellas). ‘Highlighters’ que brillan pero bien y flequillos planchados con mimo sobre la mitad de la cara se reúnen en un corrillo y, sentados en las gradas de la cantina, parecen figuras elevadas para ser admiradas. Estaban casi mejor iluminados que en la serie que protagonizan.
Esa jauría de guapxs con boinas, pelo tintado y gafas grandotas atrae a más gente que las ‘celebrities’ del primer pase (que solo estaba reservado a periodistas) y, sin embargo, parecen reunir a menos prensa. Su serie, ‘Boca Norte’ −de la que se proyectan los dos primeros cortes− abre con un audio de WhatsApp y tres ‘stories’ de Instagram. Declaración de intenciones. Después de eso, tenemos la espalda y la nuca de la protagonista. Cuando le vemos por primera vez la cara es reflejada en la pantalla de su móvil; luego, en el cristal de la puerta de un autobús en el que pretende regresar al barrio acomodado del que se ha tenido que mudar.
Que ‘Boca Norte’ ya se dirija al espectador con esa densidad en apenas dos frases no sorprende. El director de este primer episodio (y del segundo, como mínimo) es Dani de la Orden, que viene de hacer un trabajo sobresaliente en el pelotazo de Netflix ‘Élite’. Algo de aquella hay en la nueva apuesta de Playz, principalmente el conflicto entre adolescentes de distintas clases sociales; pero ‘Boca Norte’ pasa de puntillas sobre esa confrontación en sus dos capítulos iniciales. El tema aquí es la juventud, descubrirse a uno mismo y conectar con otros. Todo a través del ‘trap’.
El género se ha coronado, indiscutiblemente, como la banda sonora (popular) de esta generación de jóvenes. Y Eva Mor, la creadora, no es ajena a eso. Para ‘Boca Norte’ se inspiró en su propio barrio y en un grupo de jóvenes que bailaban ‘afrobeat’ en un centro cívico homónimo. Cada capítulo tendrá asignada una de las seis canciones compuestas para la producción, encargadas a compositoras relevantes del panorama ‘trap’ como Blondie, D’Valentina o Fusa Nocta, y que han interpretado los propios actores.
De la Orden se repartirá los episodios −de unos 20 minutos− con Elena Trapé (‘Las distancias’), algo que, según el reparto, aportó dos puntos de vista creativos y de género al rodaje. La producción ofrece una aproximación inexplicablemente refrescante (y de aura MUY catalana; no solo por los actores importados de ‘Merlí’) a un universo de relatos iniciáticos y fiestas desmadradas que hemos visto 87 veces este año en ‘SKAM’, ‘Élite’ o ‘Baby’. Y eso es un enorme punto a favor.
Lo pulida que está la propuesta de Mor, inevitablemente, ha acabado desluciendo la otra producción presentada en esta primera tarde del MiM Series: ‘Abducidos’, una serie derivada (por no enfadar a la Fundéu con el maléfico ‘spin-off’) de ‘El caso’, que RTVE emitió hace dos años. La serie traslada a dos de los personajes de la obra madre a la Televisión Española de 1968, con cierta agudeza en los comentarios sobre lo irrisorio de la cadena pública de aquella época entre gris y embarazosa. Puesta frente a la sutilidad de ‘Boca Norte’ para presentar sus tramas y personajes, la ‘expliquitis’ de la serie de Daniel Castro −aunque comprensible como decisión coherente con el tono clasicista− resulta tosca y aburrida.
Después de un anuncio de Coca-Cola que casi dura más que algunos de los episodios proyectados (este chiste se lo he robado a uno de los actores), RTVE ha pasado dos de los seis capítulos de 15 minutos que compondrán ‘Abducidos’. Probablemente trate de conectar más con aquel público de ‘El caso’ que con cualquier otro televidente, pero la serie se siente anticuada. Este es el producto con el que la plataforma Playz se remanga los pantalones para zambullirse casi completamente en las dinámicas de las VOD, publicando todos los episodios de una tacada. Siendo así, casi incomoda un poco que ‘Abducidos’ se aferre tanto al lenguaje ‘sketcheado’ de la ‘webserie’, un término anacrónico (y contraproducente) que ha podido oírse en algún momento del pase y que ha hecho a ‘Boca Norte’ sonrojarse, mirar a los lados y empezar a sudar frío.
Es una pena que la corporación haya eclipsado una de sus propias producciones con la aledaña. Pero porque la aledaña ofrece mucho y pide poco. Ofrece pureza, diversión y profundidad; pide que no te preguntes por qué unos chicos de (supuesto) barrio chungo mantienen el mismo peinado impoluto durante 40 minutos.