Por Javier Franco.
Ya no tiene ningún sentido plantearse si es conveniente o no para mi empresa (y persona) la realización de acciones que mejoren el “SEO” (Search Engine Optimización), o dicho de otra forma, realizar acciones que mejoren la aparición de mi web cuando busquemos en Google términos relacionados (entendiendo “mejor” como primeros resultados).
Está clara, y más que demostrada, la bondad y la necesidad de este tipo de acciones. Que se lo pregunten si no a compañías de vuelos, de alquiler de viviendas, cadenas de hoteles y otros productos y servicios de gran consumo que dedican importantísimos recursos de su presupuesto anual a este tipo de acciones.
Otra cosa que podemos plantear (en función de nuestros recursos) es qué tipo de acciones, dentro de las dos principales existentes (on y off page), debemos hacer con mayor insistencia.
Imaginemos un equipo de futbol: para poder estar arriba, deberá procurar tener una gran plantilla, bien equilibrada en jugadores y entrenador, bien equipados, con un campo para poder entrenar, etc.
Este equipo de futbol, trasladado a SEO, sería mi web (mi equipo), sería SEO on page (una web bien estructurada, con las keyword o palabras clave bien definidas y establecidas, con archivos Sitemap XML para navegar por ella, etc).
Pero, por sí solo el equipo no gana la liga, por lo que habrá que entrenar todas las semanas, conseguir que la gente venga a vernos, jugar los partidos, ganarlos… Esto es lo que podríamos denominar SEO off-page.
¿Qué sería respecto a mi web? Pues generar contenido periódico en un blog o apartado de noticias para que este se comparta en redes sociales (siempre relacionado con mi producto o servicio, claro), generar enlaces en páginas relevantes (con pagerank elevado), abrir cuentas en redes sociales, etc.
En definitiva, una labor constante cuyos resultados dependerán de nuestro trabajo y del de nuestros rivales.