Por Fernando Caride.
“¿Qué hace una persona como tú en una profesión de mentirosos, tramposos y embaucadores?” le preguntaron a Luis Bassat en la gala de entrega de los premios del Publifestival 2015, a la que tuvimos el honor de ir para recoger uno.
La tarjeta Hermanos de Cáritas, el proyecto Albanepal o la comunicación de Proyecto Hombre son buenas respuestas. Así como todas aquellas campañas cuyo objetivo trasciende lo puramente comercial. No tengo nada contra ello; lo comercial permite lo altruista cuando este requiere recursos, pero las campañas dirigidas a que seamos mejores humanos tienen algo más.
Convencer, traspasar la coraza de titanio que tenemos rodeando nuestro corazón para que la solidaridad llegue a nuestra conciencia y, lo que es más importante, a nuestros actos. No es nada fácil, pero es tan gratificante cuando se consigue…
Para esto sirve la publicidad, para mejorar percepciones de marca, ventas de productos, posicionamientos en la mente del consumidor… y, también, conciencias y almas ciudadanas.
Ojalá tengan razón todos aquellos que dicen que creamos las necesidades de nuestra audiencia. Ojalá seamos capaces de despertar la verdadera solidaridad de todos los ciudadanos a los que nos dirijamos cuando tengamos una campaña social entre manos. Ojalá de la conciencia se pase a la acción y de la compasión a la aportación.