Por Fernando Caride.
Las empresas, las marcas y las agencias de marketing y comunicación, en su globalidad, ya miran a la Generación Z, para la que deberán adaptarse en este 2017.
El Gen Z lo tienen los nacidos entre 1997 y 2011, aproximadamente unos 2 millones de personas en el mundo, más o menos, el 27% de la población mundial. Es un perfil descrito como frugal y malquista, pero también trabajador y atraído por la colaboración. El Gen Z marcará una gran parte de las estrategias de marketing y de los medios de comunicación y el presupuesto, en 2017, de cualquier marca que los tenga como objetivo.
Gen Z es la mayoría de edad del consumidor digital. El conocimiento está a su alcance y bajo su demanda siempre que lo desea. Además, están emergiendo en un momento de inestabilidad institucional por lo que presentan un dilema para las marcas, porque ponen gran énfasis en la intimidad personal y esperan una total transparencia de las marcas.
A diferencia de la personalización codiciada por los Millennials, la generación Z es práctica, quieren probar el producto/servicio/experiencia, desmontarlo y volver a crearlo. Además, las marcas deberán aportar a sus consumidores una mirada más profunda de sí mismos a través de redes sociales, aplicaciones y sitios web; y deberán compartir su historia, su propósito y los detalles acerca de sus procesos de producción, de modo que el Gen Z pueda determinar si los valores de la marca coinciden con su propia realidad. Esta narrativa estará aún más marcada a través de contenidos de patrocinio y creación de contenido por parte de las marcas.
En definitiva, las marcas deberán cambiar su enfoque para influir en el lado derecho del cerebro. Tendrán que poner el foco en la imaginación a través de la realidad aumentada y la realidad virtual, formatos envolventes no verbales y fuertes imágenes visuales, y en la emisión a través de la música, el producto audiovisual y haciendo hincapié en las narrativas.