Ver al Real Murcia en la última posición de la clasificación no es agradable; es hiriente. Estábamos confundidos al pensar que no podía irnos peor. El conjunto grana está inmerso en una profunda crisis de juego y de resultados.
Con el paso de las jornadas se ha demostrado que el problema no estaba en el banquillo. La destitución de Campos fue un error. Ahora, con José González, el panorama aún es peor. Antes por lo menos se jugaba al futbol aunque no se ganaba. Ahora ni se juega bien ni se gana.
La tragedia se palpa en la grada. Colistas y sin un atisbo de mejora. El rival del domingo, el Betis, merma aún más si cabe la poca esperanza que tienen los aficionados murcianistas por darle un vuelco a esta delicadísima situación.
¿Qué hará ahora Jesús Samper? ¿Qué medida tomará como no se gane el próximo domingo? Este hombre cuenta sus actuaciones por errores. Lo suyo no es el fútbol; sinos los negocios. Y como aquí ya está todo el pescado vendido, debe irse.
Quién debe tener claro qué hacer en estos momentos es la afición. Una vez más deberá darlo todo ante el Betis. Una nueva derrota sería terrible para todos.
¡Apoyemos al Real Murcia, sin mirar atrás, ahora más que nunca!