Tan dolidos como esperanzados. Así se sienten los aficionados granas tras la derrota por la mínima del Real Murcia en Huesca. Nadie la esperaba pero todos la perdonan. El juego de los de José González ahora convence; antes desilusionaba. El compromiso de los jugadores es evidente y su actitud esperanzadora.
La derrota deja mal sabor de boca. El Real Murcia acumulaba cuatro jornadas sin perder. El Huesca era un rival directo. No se podía fallar pero se falló. Aunque en esta ocasión, la tristeza de la derrota se convierte en esperanza por la imagen que dio el conjunto pimentonero. De seguir así, tarde o temprano, los triunfos llegarán. Este equipo transmite sensaciones diferentes a cuando llegó al banquillo el técnico gaditano. González ya tiene su once y los jugadores tienen ahora lo que no han tenido hasta el momento: confianza. Saben que pueden ganarle a cualquiera. Y lo harán. La grada también lo sabe y por eso debe tener paciencia aunque le duela ver aún al Real Murcia en los puestos de descenso.