En estos momentos de euforia es cuando más hay que acordarse del objetivo del Real Murcia esta temporada: la salvación. ¿Por qué? Ahora, con el sabor del triunfo, muchos aficionados se subirán al tren -los mismos que lo abandonaron cuando se descendió a Segunda B-. Y esos aficionados son los se bajarán de nuevo a las primeras de cambio cuando el equipo empiece a perder partidos. No sin antes crear un clima hostil, silbando a los jugadores y pidiendo la cabeza de Iñaki Alonso. No soy adivino; pasa todos los años en Nueva Condomina, por desgracia.
Iñaki es un grandísimo entrenador y los jugadores forman una gran plantilla. El vestuario está unido; es un grupo ganador. Tienen confianza. Lo saben. Y saben que deben ir partido a partido. Todos tiene claro cual es el objetivo y ése no es otro que conseguir, cuanto antes, los 52 puntos necesarios para evitar otro desagradable descenso de categoría. Una vez sobrepasados esos puntos, se puede mirar más arriba, se pueden marcar otros objetivos más exigentes, se puede soñar, se puede subir. Hay equipo para ello, claro que sí. Que hablamos del Real Murcia. Pero… Antes de pensar en subir a Primera División hay que salvar la categoría: #Objetivo52.