El 19 es un número bonito. Me gusta. Ya no por asuntos personales, que también. Es el dorsal de Iván Alonso. Si tuviese que elegir a un jugador como titular indiscutible en este equipo no dudaría en escoger al delantero uruguayo. Siempre ha sido santo de mi devoción. Hace semanas que quería hablar de él en esta columna pero no se daba la ocasión. Este es el momento. Esta es la ocasión de elogiarlo como futbolista. El charrúa tiene todo lo que tiene que tener un delantero: entrega, garra y compromiso. Algo que suele premiar mucho la afición murcianista. Y sin olvidar lo más importante, tiene gol. Es todo fuerza. Son todo ganas. A estas alturas, no voy a detenerme ni un instante en sus características como jugador de fútbol. Todos las conocemos. Matador en el juego aéreo, es de los pocos jugadores en esta plantilla que actualmente, cuando tiene el balón, el aficionado grana sabe qué algo va a pasar. Inspira peligro. Y sus rivales lo saben y le tienen miedo, respeto.

Para mí, es el gran capitán. Iván Alonso ha hecho muchísimo por y para el Real Murcia. Y deberíamos estarle eternamente agracedidos. Se lo merece. Muchos goles avalan a este ariete que, desde su llegada a Murcia, ha enamorado a una gran parte de la masa social de este equipo. Algunos de ellos tienen mucho valor: un ascenso. Pero, no todo son rosas. Algunas declaraciones suyas esta temporada no han sido muy afortunadas que digamos, por ponerle algún pero. Aunque no quiero hacer leña del árbol caído. Aquello ya pasó.

En la grada no todo son alabanzas. El delantero uruguayo también tiene muchos detractores que, oportunamente, lo critican en el campo cuando las cosas no van bien. Que si está acabado, que si nunca hace nada, que si es malo con el balón en los pies,… Un sin fin de críticas oportunistas que, por suerte, no han afectado al charrúa; todo lo contrario. De no entrar en el once, a ser titular indiscutible esta temporada. Por algo será. Su inagotable motivación, su sacrificio y sus goles, obviamente, tienen mucho que ver.

Es una pena que no podamos contar con él para el Bernabéu por acumulación de tarjetas. Le echaremos en falta. Ahora, no hay delanteros. Javier Clemente ha visto por dónde van los tiros, quién está implicado y quién no; y ya ha castigado a varios jugadores con la grada. Entre ellos, Goitom e Íñigo. ¿Qué pasa con estos jugadores? En los dos últimos encuentros, no han sido siquiera convocados. Y con Baiano, más de lo mismo. Pero lo peor son los casos de Regueiro y Pablo García. Lo de no acudir al campo el domingo es deleznable. La gota que colma el vaso. Ahora, ni rinden en el campo ni fuera de él. Yo lo entiendo como una mofa a esta entidad centenaria. Tomaría decisiones drásticas. De momento, suerte que está Clemente poniendo a cada uno en su sitio. Quizás ese fue uno de los errores de Alcaraz. La mano dura: sin rodeos y sin miedo. Y eso es lo que los uruguayos llevan pidiendo a gritos hace tiempo. Pablo y Regueiro sí que no hacen nada.

Obviamente, al protagonista de esta semana, Iván Alonso, le sucede todo lo contrario. Siempre nos quedará el que nunca hace nada.