Samper debe tomar medidas antes de que la situación sea irremediable. Pero cuando el equipo está en apuros, el presidente no aparece, desaparece. Destituir a Clemente no es más que una solución a corto plazo. El cambio de entrenador es necesario como revulsivo, no como solución. Lo que realmente preocupa son los jugadores. Lo conveniente sería cambiar a la mitad de la plantilla. Muchos de ellos no dan la talla, otros han bajado su nivel de juego,…
Dudo mucho que el Real Murcia, con otro entrenador, comience a ganar partidos. Quizás sí, los primeros. Pero hay un problema de fondo: los jugadores. El proyecto deportivo, para no romper con la tradición de los últimos años, es nefasto. La única esperanza, el mercado de invierno. Sólo habría que exigirles dos cosas: entrega y sacrificio. Algo de lo que carece la mayoría de jugadores granas.
El futuro es desalentador, visto lo visto el domingo en Chapín. Dejando a un lado la pésima actuación del colegiado, este equipo es un desastre. Elía para lo que Alberto se come. Peña pide el banquillo a gritos, Ochoa y Campos, juegan desorientados, por no hablar de Lillo y De Coz. Seguimos sin centro del campo. Los extremos están, pero no cumplen. Y en la delantera, Despotovic es el único superviviente. Por último, dejo a Guerreiro. Inclasificable su actitud. Como futbolista, se esconde; como persona, decepciona. Lo positivo es que al brasileño le han caído cuatro partidos y Clemente podrá probar con un centro del campo más creativo. Mientras tanto, Carini, en un conocido bar, veía el partido en silencio. Al final, varios aficionados se le acercaron defendiendo su titularidad. Él respondió tajante: «Con Clemente, difísil.»