13-11-2012 (Mes de los Santos)
Gigantes olas que rompéis bramando
en playas desiertas y remotas,
envuelto entre sábanas de espuma
¡llevadme con vosotras!.
Llevadme por piedad
al vértigo de la sin razón,
arrancando de la memoria
los momentos sufridos y olvidados.
Con desazón e inquietud,
libérame de esta espesa bruma, miento,
oscureciendo mi pensamiento,
sufro en el olvido no querido.
Retomar esta ácida amargura
en la que me sometiste
con tu ausencia y locura.
Vuelven las olas y,
por piedad, no me dejes
con mi dolor a solas.
Olas que invaden la pálida arena
y queman mi alma serena.
No quiero sepulcro blanco y ostentoso,
no quiero funeral musical y espumoso.
No quiero que digas que lindo y hermoso fui,
no temo la muerte, pero sí, no verte.
Sí, amé y disfruté,
quiero recordar lo que fui, o
qué de valor había en mí
y tú no supiste sospechar.
Sí, afronté la vida tal como venía,
adaptándonos al día a día
sin saber cómo lo hacía
pero sabiendo que te quería.
No te asustes, todos tenemos un plan final.
Cuando mis restos opriman la fría losa (terraza levante)
y, mi pálido rostro no se reconozca sobre la olvidada fosa
¿quién al fin del día poniéndose el sol
se acordará que pasé por este mundo?
Cuando la campana suene,
¿quién rezará una oración?,
y cuando descubran quién me pudo amar,
¿quién vendrá a llorar?.
Miedo tengo a la oscuridad,
mucho más al olvido y a la necedad,
Seguiré viendo el mundo
a través de tus ojos, Soledad.
Te espero, pero digo, no es una necesidad,
quiero que tardes una eternidad.