Busco el sentido de lo vivido
no el olvido.
Busco el sentido de lo recorrido
no el final del camino.
Entiendo que la vejez tiene horas bellas
como las noches estrellas, también borrascosas nubes
en el devenir de nuestras vidas.
Aceptar sus sombras, enterrar sus miedos,
retomar el vuelo, celebrar la vida y elevarse a los cielos.
Mi aire se acaba como agua en el desierto,
mi vida se acorta pues no te llevo dentro,
mi esperanza de vivir eres tú.
Y no estás aquí para decir como he de morir.
Nos equivocamos cuando pensamos
que al envejecer ya no nos queremos,
mas al contrario, envejecemos cuando dejamos de amarnos.
“La muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal
reside en las sensaciones y precisamente la muerte consiste
en estar privado de ellas. Esto hace menos gravosa la espera.”.
(Reflexión del sabio griego, Epicuro, dedicada a mi buen amigo, J.P. Mejías,
quizás en sus últimos días).
MURCIA, 11 octubre de 2013.-Sta. Soledad