Busco sin encontrarte, los pensamientos huyen,
la imagen hermosa, ahora se torna borrosa
los latidos fluyen.
Busqué tu amparo, tu refugio, tu consuelo,…tu vientre,
y tú, tu ya no estabas, tan sólo en mi mente.
Sin decir palabra oigo susurro de la razón,
escucho tu mundo y el latir de tu corazón.
Grité sobre mares, pero nadie me oyó,
solo me dejaste, sin amparo,
mi espacio asordo quedó
cuestionando mi propia vida.
Por qué mi universo me ahoga.
Silencio total, sólo tus angustias y frustraciones
dan fe de mi existencia.
Pronto el bisturí penetra sin temor y
solo quedo aquí sin rencor.
Quizás no merecí tu amor,
quizás no quisiste testigos para tu nueva vida,
quizás venía con carencias que impedían
competir en tu mundo, causando dolor y sin rumbo.
Pronto anestesian mis sufrimientos,
la oscuridad me envuelve, pero que importa morir en la penumbra
cuando ya no quieres verme.
Ahora enjuga tu llanto y no llores si me amas, (San Agustín)
olvidado quedo, nada deseo, pero todo lo espero.
Pienso lo que pude ser y no fui.
Quizás…en otro mundo o en otra vida.
Por último, quiero que sepas que no me rindo
pero con tu ausencia y abandono el
“milagro de la vida, ha concluido”.
Murcia, 9 de enero de 2013