Según una encuesta y estudios realizados se ha llegado a la conclusión que las canciones publicadas en los últimos cincuenta años se parecen cada vez mas, esto es, que en principio, todas las canciones que escuchamos son cada vez mas homogéneas y tienes la sensación de que “esto ya lo he escuchado antes”.
Entonces, ¿se muere la música?. La clave está en el empobrecimiento progresivo de los aspectos artísticos de las canciones en favor de una mayor comercialidad. Demostrado queda desde hace ya algunos años, pues las multinacionales únicamente apuestan por lo que previamente ya ha tenido éxito. Pruebas o experimentos, los justos.
¿Vuelve el vinilo? Las grandes superficies ya exponen su venta dada la creciente demanda. ¡Quizás nostalgia del pasado, quizás sus bonitas portadas despiertan el interés del coleccionista!
Algunos dicen que el rozamiento de la aguja sobre el surco añade un componente armónico y relajante. Permitiendo percibir el sonido con más fiabilidad en la instrumentación dada su composición material.
Por qué cada vez más aparecen en el mercado las reediciones de los grandes temas de los maestros de los 60-70. Y cuando no, algunos suben de nuevo a los escenarios. (Rolling, Elton John, Bono y los suyos, etc.)
Ya apenas se habla de música y sí de sus figuras, de sus excentricidades, de sus líos matrimoniales, pero no de su nuevo proyecto musical.
Ya no hay un Carlos Santana, un Pink Floyd, unos Beatles, unos Brincos, agazapados en las sombras de la web, esperando pacientemente revolucionar y dar frescura al panorama musical con nuevas propuestas, tal como ocurrió en los 60. Lo que está claro es que los nuevos grupos lo tienen mas difícil.
¿Precisa la sociedad actual de unos nuevos Beatles? Algunos dirían que sí, otros que el problema tiene otro enfoque. La innovación viene de la mano de la creatividad para ser originales, nuevos mensajes en sus letras con una mezcla de estilos e influencias bien conexionadas. Arte sonoro nacido de un genuino deseo de expresarse sin concesiones a lo comercialmente correcto.
Así pues, no tengo respuesta a la pregunta ¿se muere la música? Lo que si tengo claro es que lo comercial sí está muriendo poco a poco, “las casas” con su irrenunciable apuesta por los beneficios y su feroz endogamia. Pero en sus manos sigue estando que viva o que muera tal como hoy la conocemos.
La discográfica siempre existirá, no me cabe duda, pero ésta quizás no sea el motor que mueva al mundo musical, la rigidez mercantil será sustituida por mentes mas innovadoras que aporten su propio concepto de comercialidad, una música mas comprometida con la estética y la calidad, una libertad de sonido que sepa electrizar a una sociedad anestesiada porla modorra musical. Quizás nueva métrica en la composición, o diferentes combinaciones instrumentales…todo un campo abierto que deja sin sentido el dicho “todo está inventado”.
Ya vemos ejemplos de bandas que encuentran el éxito sin tener un contrato firmado con la discográfica.
Pronto veremos si los nuevos tiempos, en la aplicación digital, toma el relevo aportando nuevos aires ilusionantes que devuelvan a la música su lugar.
Murcia, 02 febrero de 2016