La Campana de Auroros del Rincón con su despertar en La Purísima abre la Navidad. Alegres salves de aguinaldo, misas de gozo, villancicos y coplas sencillas y entrañables. Finalizando en la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora del Carmen, con una salve, solemne misa, música navideña; bandurrias, guitarras, laudes y panderetas.
En la misma madrugada del 7 de diciembre, el atronador sonido de pólvora en Yecla, da comienzo al pasacalles en lo que se conoce como Alborada. Allí solo se escuchan los arcabuceros.
A continuación, el traslado de la Virgen del Castillo hasta la basílica de La Purísima, mientras el crepitar de los disparos de arcabuz se funden con los vivas de los feligreses a su Patrona. Este también supone un ruidoso inicio de fiestas navideñas.
Comenzado el nuevo año, se consumen más de cien mil pelotas de Patiño junto con unos 3.000 bocadillos y varias arrobas de vino y cerveza… ni te cuento. Allí se celebra el tradicional Encuentro de cuadrillas que actúan en el homenaje a Manuel Cárceles, ‘El Patiñero’.
Todo ello preparado por la Peña huertana ‘La Hijuela’, contando con el mimo y conocimiento gastronómico de las mujeres del pueblo, que repiten una y otra vez el dicho huertano, “hasta San Antón, Pascuas son”.
Después llega el cartagenero San Fulgencio, a la sazón, patrón de la Región. En el Palacio del Obispado se celebra con la degustación de sus benditos boniatos.
Y llegamos al Barrio de San Antón, amigo de los animales de compañía, de granja y de otros. Se disfrutan los panecillos del Santo siendo la ofrenda y bendición uno de los actos mas entrañables de la fiesta. Dice la tradición: “El que de San Antón lleve un panecillo, no le faltará dinero en el bolsillo”.
Y en el ultimo domingo del primer mes del año llega la fiesta de cuadrillas de Barranda, declaradas de Interés Turístico Regional. Los festejos alcanzan ya los 25 años de existencia y son el primero y más antiguo festival de música tradicional de cuantos se celebran en España que ha supuesto la revitalización de muchas cuadrillas que prácticamente habían desaparecido.
Como último evento festivo-navideño situaríamos al Barrio de Santa Eulalia. Ya de por si ostenta la fama de ser el más marchoso en tapas y bebidas por sus mesones, tabernas y locales juveniles.
Pero la tradición manda y su eslogan: “Primero de febrero, segundo Candelero y si quieres saber mas, San Blas” anima a disfrutar en familia de cosas hermosas en lugares de ocio y creencias religiosas. La Candelaria supone la presentación de los niños a la Santa Imagen y protectora de mujeres en sus embarazos.
Por su parte, San Blas tiene el patronazgo de curación en las enfermedades de garganta. Anualmente el gremio de otorrinos celebra una misa en su honor y posterior imposición de velas para no sufrir estas infecciones guturales. A la salida de los oficios se ofrecen los bendecidos rollitos de San Blas y la medalla de La Candelaria.
Sí, me olvido de muchos otros eventos folclóricos navideños de lugares regionales que tienen la misma o más importancia que los presentes, pero queda patente el sentido y ambiente navideña que deseo transmitir.
Murcia, 20 de enero de 2019