Cuando se aproximan estas entrañables fechas navideñas vienen al recuerdo villancicos de mi niñez; el chirriquitín, campanas sobre campanas, o el Tamborilero de Rapahael. Pero en los últimos años escucho, Last Chiristmas, de Wham, creado por George Michael. Su voz acompañada por el tintineo de las campanas navideñas, cuenta, sin embargo, una historia de desamor. Junto a la canción de María Carey, “All want for Christmas”, se han convertido en los villancicos pop más populares.
El próximo 25 de diciembre, día de Navidad, se cumplirán tres años de la muerte de George a los 53 años. Artista siempre polémico, provocador, innovador y valiente en sus planteamientos. Un grande del pop de finales de los XX. Pero tuvo sus demonios, problemas con la droga, con la autoridad policial y sobre todo una homosexualidad encerrada en el armario que tardó demasiados años en salir. Cuando por fin se declaró y reconoció a Kenny como su pareja mantuvieron una relación estable y feliz durante 13 años.
Hasta que por motivo de celos su novio le dejó, provocando que George tuviera episodios de ansiedad, frecuente consumo de drogas, llegando incluso al borde de un colapso nervioso.
En su último año de vida se encerró en su mansión sin recibir a nadie, tan solo permitía la visita a su mejor amigo y coguionista, David Austin. Construyó su propio estudio musical y desde allí componía. Y en este escenario, ambos, compusieron, “You have been loved”(Has sido amado). El tema; una madre que ha perdido a su hijo se encuentra con el amante, y este, comenta a la desconsolada madre con el cariño que amó a su hijo y sentirse correspondido.
Nostálgica melodía como una oración al Dios del amor. Una trompeta que suplica y llora con un fondo orquestal donde predominan los violines celestiales.
Paz en la tierra y en las alturas, George que estás en los cielos del pop-rock como hombre de buena voluntad. Descanse en paz.
La Navidad es un viaje que todos hacemos al pasado, disfrutando con los de hoy, y recordando
a los de ayer. Porque, Viajar y volver al lugar donde nada ha cambiado
es darnos cuenta cuánto hemos cambiado.
(Mandela)
Dicen mis hijos, papá, viajar es vestirse de loco, aprendiendo de todo un poco,
Vestirse de poeta, conocer gentes y costumbres, reescribir tu vida en complicidad
Y encontrar tu meta, pero a veces, sentirte solo, sobre todo, en Navidad.
Murcia, 19 de diciembre de 2019