Recientemente se homenajeó, por el 82 aniversario del fusilamiento franquista, a las ‘13 rosas’, en 1939, finalizada ya la Guerra Civil, por ser unas luchadoras en defensa de la República. El acto fue organizado por el Partido Comunista, en colaboración con el PSOE.
Mientras que las catorce religiosas asesinadas en noviembre del 36 por los republicanos se informó que las «monjas desaparecieron». TVE, en su telediario del 24-06-2019 dando la noticia por la beatificación de las religiosas la calificó como «desaparecidas», no torturadas y fusiladas por milicianos en Madrid.
Rosa María Mateo siguió dando muestras de su partidismo. Así ha terminado.
El pasado 11-07-2009 en la catedral nueva de Vitoria se celebró una suntuosa misa por el «injustificable silencio de la Iglesia» ante el asesinato de catorce religiosos vascos a manos del bando franquista durante la Guerra Civil, por lo que no se celebraron funerales ni se registró su fallecimiento. La misa fue celebrada por el obispo de Vitoria, monseñor Asurmendi, asistiendo todos los obispos vascos y autoridades de gobierno, encabezadas por su Presidente, Sr. Urkullu. En la homilía, el celebrante dijo «con humildad pedimos perdón en nombre de la Iglesia vasca», continúa el Sr. Asurmendi, el acto tiene una dimensión de reparación y reconocimiento a la verdad para purificar la memoria. La Iglesia no busca «reabrir heridas, sino, curarlas para dignificar a los que han sido olvidados, o excluidos, y mitigar el dolor de las familias».
Así se repara y se reconoce a las víctimas. Esto sí es memoria histórica.
El bombardeo de Cabra, objetivo no militar, fue masacrado por dos aviones rusos republicanos al final de la guerra y que causó más de cien muertos. El ABC de Córdoba titularía; «un centenar de muertos y más de doscientos heridos: ancianos, mujeres y niños en su mayoría, en un modesto pueblo». El bombardeo de Cabra simplemente no existe, es ignorado. Hugh Thomas, el escritor británico que describió ampliamente nuestra guerra, no menciona a Cabra.
Mientras tanto Guernica es, con mucha diferencia, el hecho militar más comentado de nuestra contienda. Habiendo influido el célebre cuadro de Picasso que, por cierto, no lo regaló, cobró por hacerlo.
Las dudas actuales se centran en quién mató a más gente. La versión actual es que Franco asesinó a muchos más. Pero dicen fuentes razonando, «a cuántos habría fusilado el Frente Popular si la República hubiera ganado la guerra». Todas estas hipótesis y especulaciones lo que consigue es dividirnos más.
Las cunetas están llenas de cadáveres, tanto de rojos como azules, tanto republicanos como franquistas. Y las tapias de los cementerios resultaba un lugar idóneo para el fusilamiento. Quizás todos tenemos conocimiento de algún familiar que acabara en ese lugar (el cura y el sacristán de mi pueblo los mataron allí los cabecillas republicanos del lugar).
Blanquear nuestra memoria, pasando de la crónica negra de los políticos y escritores resentidos que rememoran en una sola dirección los crueles hechos acaecidos. Construyamos el futuro, pero eso sí, sin olvidar la fratricida contienda para que nunca, nunca se repita.
Murcia, once de agosto de 2021