¿Sois capaces a responder a esta pregunta? ¿Creéis posible enamorarse de nuevo?
Vosotros no sé, pero mi respuesta es que sí, aun cuando no tenga la misma parafernalia religiosa, y social: regalos, banquete, viaje de novios y jurar ante el altar. Todo es una envoltura familiar.
Esta nueva composición amorosa suele darse tras la jubilación. Con tiempo y calma se redescubre el amor, que suele ser más sólido que el primero. No tiene la pasión de aquel, ni la fuerza física del atractivo sexual, pero tiene más cariño, atención y respeto que lo hace más profundo.
También conocemos los problemas de estar las 24 horas juntos en casa. No debe sorprender que discutas más con tu pareja. Hasta que se ajusten los espacios vitales de cada uno.
Antes partíamos al trabajo, y volvíamos con ganas y apetencia de estar con los tuyos, deseando que te contaran los temas vivos del día.
En ocasiones, las dificultades son tantas que resultan insuperables y en lugar de ir cediendo poco a poco en intensidad, aumentan. Ante esto quedan dos salidas.
Asumirlo tal cual, es lo que la mayoría elige, pues a cierta edad no es fácil cambiar.
“Vale la pena luchar por lo que vale la pena tener”.
Dejarlo, cuando la convivencia se haga insoportable. Son quizás los menos, pero resulta una salida para una sola vida.
“Ya que no sería estar viviendo, sino estar durando”.
Pero lo normal es que llegues a un equilibrio tras el periodo de adaptación, que tiene cierta semejanza con un segundo noviazgo; con sus altibajos, cabreos y también euforias, es decir culparse el uno al otro por cualquier cosa, por mínima que resulte.
Suerte para ara una navegación, tranquila y feliz, hasta el ocaso.
Murcia, 4 de julio de 2024