La Isla Esmeralda, país de leyendas, imponentes castillos, pueblos encantados de colores, calles y vías medievales donde encontramos sus pubs sirviendo sus deliciosas “guinness”, su música en vivo y donde se iniciaron grandes grupos y cantantes.
El próximo seis de febrero, estaremos once años sin GARY MOORE, impulsor del blues-rock en Europa.
Una fría madrugada en su favorita playa de Estepona, y, junto a su pareja, plácidamente quedó dormido para la eternidad.
¡En su habitación, dice un amigo y compañero de grupo, he visto un póster! Que se ve un niño sentado en la cama de su dormitorio tocando la guitarra “Gibson”. En la pared, un gran póster de Jimi Hendrix, y sobre el suelo esparcido quedan “LPs” entre los que podemos distinguir a Jhon Mayall, Albert King, Albert Collins, BB.KING, y, Fleetwood Mac. Su madre irrumpe en la habitación, y él, con la mirada fija mantiene un disco en sus manos, el legendario John Mayall
Gary , no será tan famoso o carismático como su viejo amigo, Phil Lynott, tampoco llegó a vender tantos discos como sus paisanos, U2, o, Van Morrison. Pero fue considerado el segundo mejor guitarrista de Irlanda, superado tan solo por el gran Rory Gallagher.
Supo rodearse de los mejores músicos del momento, colaborando en álbumes y conciertos. Sus primeras referencias, los míticos “blues” afroamericanos de su admirado, B.B.King los consideró algo “machacones” y repetitivos, mientras, el europeo resulta más dinámico y diverso en sus notas y acoples. Su influencia más directa y reconocible fue la del británico, Peter Green, al que dedicó uno de sus mejores temas, Blues For Greeny, estilo puro.
Habiendo pasado por distintos estilos, heavy metal, jazz fusión, etc. Con los años, el de Belfast, desarrollo un estilo muy personal al conseguir aunar la contención emocional del “blues” con el desenfreno del rock. Así y como ocurre con los grandes artistas adquirió una forma de interpretar la guitarra, única y reconocible que le acompañaron hasta el fin de sus días.
Su mayor éxito, en el ámbito de ventas y de personalidad, fue sin duda, Still Got The Blues. Al que el “mágico” Santana, llegó a calificar de sublime ópera electrónica.
Ahora bien, su mejor versión la daba en el directo, a pesar de que las productoras le proponían el Estudio por disponer de recursos para mejorar con efectos de sonido los temas a grabar, él lo cuestionaba y rechazaba.
El directo le daba esa improvisación que el artista puro busca. La genialidad en el punteo de su fender-telecaster, así como los intencionados acoples de su distorsionador.
Su público, quizás reducido, pero muy fiel, lo prefería en esta faceta viva.
Los años pasan, los artistas desaparecen , pero su música permanece por los siglos de los siglos.
¡Gary Moore que estás en los cielos del blues,
santificado tu nombre y digno en la historia,
siempre, siempre estarás en nuestra memoria!
Esta es una manera de recordar a GARY , con la mirada puesta en sus comienzos y las manos en el diapasón de su guitarra.
La Raya, (Murcia) tres de febrero de 2022.- Salto del Grillo