Encuentro compañeros y conocidos en mi transitar diario, unos de 55, de 57, de 59 años…, paseando su silencio administrativo, sus recuerdos laborales, lo que pude ser y no fui, del trasiego diario, móviles y consolas de teléfono continuamente sonando al silencioso túnel de lo cotidiano.
Al desasosiego en el cumplimiento de objetivos, a la bronca de un cliente insatisfecho, a largas jornadas de trabajo, reuniones interminables,…pero, se crecía en la empresa, nuevos destinos nuevas responsabilidades. De pronto, sin esperarlo se apaga la luz,! el próximo mes entra Vd., en la prejubilación,! ¡Yo no he solicitado tal situación! Reducción de costes en la empresa, autorizados por el Gobierno respaldan la propuesta! Pasar a la inactividad del hogar, bueno eso sí el apoyo a la familia, compras, colegios, médicos etc.etc., ya me entienden.
Personas preparadas con formación académica, periódicos cursos de mejora propuestos por la empresa, y lo más importante; dilatada experiencia (de los años vividos y la fuerza de convicción de mis deseos y mis ambiciones – Saramago)
Todo un despilfarro en suprimir estos recursos humanos que una empresa y en su conjunto un país no se puede permitir. .
Dicen algunos; ayer joven ambicioso, creativo y un tanto revolucionario y hoy acabo silenciado, domesticado e hipotecado, con 55 años de edad.
Como un árbol que tardamos 30 años en criarlo y cuando va a dar sus mejores frutos lo talamos, pero además de raíz para que no realice ninguna otra actividad.
Por contra, dice Epicuro; cifra la apuesta de hombre libre en la ventaja inapreciable de aquel que ha apostado por “liberarse de las ocupaciones cotidianas y de las cosas políticas”.Entiendo que lo nuestro es romper con todo a partir de ahora.
Si sabes emplear tu tiempo, tus habilidades, tus recursos, puede ser una etapa de tu vida tan intensa y enriquecedora como las anteriores, pero sin la presión de horarios y jefes controladores, quizás sea la oportunidad que deseabas para comenzar algo nuevo.