Veinte años después de la Segunda Guerra Mundial, se inició un masivo desplazamiento de personas de un país a otro.
Diversos son los motivos; regímenes dictatoriales, guerras civiles, crisis económica, el hambre, catástrofes naturales, etc.
– ¡El hombre es un lobo para el hombre !, ¡guarda con celo y belicosidad su territorio.!
Las guerras, por el dominio territorial, han causado la mayor matanza en la historia del hombre, seguido por las creencias religiosas.
Ayer soñé que no existían fronteras, no había banderas, no había multiejércitos, sólo un país: el planeta Tierra. Sólo un cuerpo de seguridad ciudadana para garantizar el respeto entre los hombres, todos ciudadanos del mundo. No había privilegios por haber nacido aquí o allá.
No se trata de abolir la propiedad privada, como decía Kart Marx, que todo sea de todos, ( programa comunista), sino mas bien de poder acceder a cualquier territorio, desarrollar tus habilidades y conocimientos, seas de donde seas.
Sin límites territoriales, sin discriminación racial, sin gobiernos nepotistas, sin terroristas que utilizan el hambre y la miseria de los pueblos para justificar sus crímenes mas cobardes, sin condicionar el lugar de donde procedas, ni la religión que profesas.
No elegimos donde nacer, mientras unos lo hacen en Somalia, otros en Alemania.
Pero SI deberíamos poder elegir donde trabajar y vivir, y a quien amar.
Quizás un claro ejemplo de eliminación de fronteras podría ser la Unión Europea, que aún tiene recorrido de ampliación, así como los Estados Unidos de América con sus 50 miembros.
Pero no preocupemos a los políticos inmovilistas, a las acomodadas dinastías a los que sus madres parieron en la gracia de Dios.
Porque… todo ha sido un sueño y como decía aquel, “los sueños, sueños son”.
Murcia, 17 marzo 2014