Mujer de cuarenta como el picaflor
saltaste de rama en rama,
pero en ninguna encontraste el amor.
Disfrutaste de retazos de alegría
que al siguiente día todos olvidarían
y sigues robando el aroma a cada flor
marchitando corazones jóvenes.
Tu cabello teñido pone empeño
en recordar que ya no eres una niña
mientras tu espejo sonreía,
porque alguna arruga veía.
Mujer bonita de mirada indolente,
retoca su maquillaje llena de coraje
pero a la vez, se siente inocente y yo,
yo debo olvidarte.
Mujer de cuarenta, en tu vientre llevas
las semillas de la vida, que nunca sembraste
buscaste el amor en otra razón y condenaste tu ilusión,
ya en tiempo finito sin ánimo de reacción.
Rendir homenaje quiero, mujer de cuarenta,
por tu experiencia.
Sabes la diferencia entre el amor y la pasión.
Sabes de alegría y dolor que están confundidos,
mientras guardas secretos escondidos.
– Y yo, yo no quiero saber de tu vida, tu historia ni de tu pasado,
mujer de cuarenta, yo sólo quiero ser tu enamorado. (Roberto Carlos)
– Porque soy el único que puede salvarte, quien conoce tu mente
cuando tus palabras mienten, mujer de cuarenta, yo solo quiero ser tu amante
Porque soy el ojo en tu cielo mirándote mujer de cuarenta. (Alan Parson)
Y oculta en tu mundo, al acecho de lo ya hecho y sin tener en cuenta
tu futuro incierto, conseguir ilusionarte porque mujer de cuarenta, yo,
yo solo quiero volver a enamorarte.