Madrugada fría, taña la campana, se oyen cánticos de auroros y,
el grupo del Rosario concita al novenario. La Fuensantica regresa a su Santuario.
Última semana de abril,
las cuadrillas anuncian Los Mayos,
cruces con flores, de azahar y romero.
En las puertas los peleles representan a sabios con lunares,
políticos en busca del voto, actores populares
y jubilados sentados que esperan que el tiempo pase.
Lunes florido, la huerta se hace presente,
batalla y bando dan colorido.
En las calles, jóvenes en zaragüeles se arrejuntan
cantando con ilusión mantienen así la tradición.
Paredes y techos de cañizo dan cobijo a las barracas,
sillas de anea y mandiles de esparto para las mesas,
degustando productos del marrano y verduras del bancal.
Dando así vida a la huerta y al paladar.
Fin de fiesta con pirotecnia desde la pasarela Manterola,
despertando la sardina, sumergida varios días por el mal tiempo.
Y desde su ‘Segura’ residencia contempló la inmolación
de su prima sardinera en un homenaje a la locura callejera.
Entre nublado y nublado termina abril,
hay trozos de cielo gris y aguas más de mil.
Ilusión queda sabiendo que nos espera una feliz primavera.
Murcia, 28 de abril de 2019