Finalizado el primer periodo en el que el encierro, la rutina y la ausencia de familia nos condicionaba a deambular por las estancias del hogar, a mirar sin ver por la ventana como en un día gris, a cruzarme con las mismas caras, a la obligada estancia sin poder visitar otros lugares propios, en otros tiempos habituales, en definitiva, a la rutina.
Quedo pensando que cada vez le parezco al robot de limpieza de casa. Despierta su programación a las ocho y con intensas vibraciones recorre con entusiasmo las habitaciones. Pero dos horas más tarde se apaga, refugiándose en su base de alimentación, cargando la energía para el siguiente día.
A todo esto acostumbro llamarle vida. Pero dice Papini, ¡sé que la vida es otra cosa!.y un compañero decía, ¡no me queda mucho por cumplir, pero si mucho por hacer!.
Y ahora qué, después de la segunda dosis, qué se puede hacer.
-Desplazarme a otros lugares, visitar con frecuencia la familia. Quizás nos sentiremos más seguros en nuestra salud. Pero en el resto será la misma cotidianidad en nuestro deambular.
-Venimos sufriendo un “empacho” de noticias que nos llevan al hartazgo y la confusión.-Es necesario pensar a corto plazo , tratar de vivir “en el ahora”, aliviando así los pesares,. Comparar nuestra actual vida con la que teníamos causa ansiedad, y si miramos al futuro, incertidumbre, debemos rebajar expectativas. La vuelta a la entendida “normalidad”, tal como la conocíamos, será lenta, pero no imposible, además no será en el mismo formato.
-La situación de los mayores ha mejorado, después de padecer miles de fallecimientos por esta contagiosa enfermedad. Pero no muy lejos, en este colectivo, acecha el terrible trastorno mental del olvido, un mal que arrebata la identidad y su pasado y donde día a día el paciente se va introduciendo en la noche oscura de los tiempos, de donde difícilmente podrá salir.
Por todo ello, vivamos intensamente la actualidad, disfrutando de nuestro entorno donde los tuyos te quieren y respetan.
Murcia, 23 de mayo de 2021.- salto del Grillo
PD.-Hoy mismo el robot de casa, llamado ‘Manolito’ ha dejado de funcionar, su piloto de alimentación se apagó. Me asusta este presagio.